"El 30 y el 31 es una locura. Todo el mundo viene pensando que va a haber menos gente y es al revés. Casi no hay sitio ni para aparcar". Begoña Arboleya trabaja en una floristería a la puerta del cementerio del Salvador y ayer no daba abasto. A primera hora de la mañana vendió todo tipo de flores para adornar las lápidas y los nichos, y honrar así a los seres queridos. Pero el flujo de gente sólo empezó a menguar por la tarde, cuando ya había más huecos en la explanada frente al camposanto, y a ella le quedaban menos claveles y velas. No es una excepción. Esto pasa todos los años. "El 1 de noviembre bajan bastante las ventas en comparación con los días previos", explica la florista, bastante contenta con las ventas de 2015.

El sector de las flores ha experimentado un repunte en estas fechas al pasar de vender únicamente claveles y artículos de plástico o tela, a recibir encargos de ramos y centros de margaritas, crisantemos, gladiolos, azucenas o lirios. "Se nota que la gente tiene más poder adquisitivo que en años anteriores", comenta Arboleya sin dejar de recibir pedidos en persona, por teléfono o por internet. Lo que nunca ha dejado de vender son los claveles rojos. "Esos no pasan de moda y la gente, por muy mal que vayan las cosas, los siguen comprando a lo largo del año. En especial, las mujeres de edad avanzada".

Algunas personas acuden con varios días de antelación a San Salvador y regresan el 1 de noviembre. Lo hacen así para limpiar y adecentar la tumba con tiempo, e ir después a velar a su ser querido. Así, durante los últimos días el cementerio se llenó de personas cargadas con cubos de agua, cepillos y escobas.

El Ayuntamiento organiza un servicio especial de transporte al cementerio para el día de Todos los Santos, aunque los usuarios también pueden coger los autobuses de la línea L (entre San Andrés y Tudela Veguín).

Los vehículos especiales salen hoy cada veinte minutos desde la plaza Primo de Rivera hasta el cementerio. El horario es de 10 a 14 horas y de 15.20 a 17 horas. Desde el camposanto, los autobuses parten de 10.30 a 14.30 y de 15.50 a 17.30 horas, cada 20 minutos. Además, la línea L mantiene su horario habitual pasando por la calle Uría (la parada de "centro") a las horas y cuarenta minutos, y saliendo del cementerio del Salvador a las horas y cincuenta y cinco minutos.