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La edificación residencial experimenta un leve repunte tras años de hundimiento

El Ayuntamiento concedió en 2015 licencias para 155 pisos, 50 más que el año anterior, mientras las rehabilitaciones crecen ligeramente

La edificación residencial experimenta un leve repunte tras años de hundimiento

Pese a que el derrumbe de la edificación residencial en Oviedo ha sido de dimensiones colosales durante la crisis, un ligero repunte se ha detectado este año en las cifras que maneja el Ayuntamiento, que ha otorgado licencias para 155 nuevas viviendas, un cifra superior a las 107 del año anterior. La rehabilitación de pisos también crece ligeramente, con 17 pisos reformados en 2014 por los 30 en lo que va de 2015.

Las cifras son todavía escasas para que la salud retorne al sector inmobiliario, pero estos últimos registros dan un pequeño aliento a una ciudad que en el momento más glorioso de la burbuja inmobiliaria obtenía licencias para 2.740 pisos en un año, y se licenciaban 194 viviendas unifamiliares (chalés) en el mismo periodo.

Esos son los datos de 2007, año previo a la quiebra de Lehman Brothers y de las entidades hipotecarias estadounidenses Fannie Mae y Freddie Mac, el famoso trío que marcó el principio del hundimiento. Ese año, la municipalidad ovetense había tramitado 256 licencias de obra mayor, la categoría que abarca edificios de nueva planta, viviendas unifamiliares, las rehabilitaciones, los cambios de uso a residencial o el apartado de varios (construcción de naves, instalación de ascensores, residencias geriátricas u otros edificios públicos).

Según cifras facilitadas a LA NUEVA ESPAÑA por la concejalía de Urbanismo y Medio Ambiente, en 2014 se concedieron 59 de estas licencias, tres de las cuales amparaban la edificación de otros tantos bloques que sumaban 107 pisos en todo el concejo. Además, 15 permisos propiciaban levantar otras tantas viviendas unifamiliares. En el apartado de rehabilitaciones, las unifamiliares fueron 20 y los pisos 17. El resto de títulos fue para cinco cambios a uso residencial y 15 permisos para el referido apartado de varios.

Pero al llegar a 2015 y con el año natural aún sin concluir, las licencias de obra mayor descendieron levemente a 43, aunque contenían algo más de sustancia. Así, cuatro permisos abarcan los referidos 155 pisos nuevos, más otros siete de vivienda unifamiliar. Las rehabilitaciones también han crecido ligeramente, como queda indicado, pero los cambios de uso han sido inexistentes y el apartado de varios solo ha crecido en una licencia.

En consecuencia, el panorama sigue siendo precario, pero esta situación tendrá un efecto que el concejal de Urbanismo, Ignacio Fernández del Páramo (Somos Oviedo) explicaba ayer en una entrevista publicada por este periódico. Oviedo necesita revisar su vigente Plan General de Ordenación (PGO), que entró en vigor en 2005 con una previsión generosa de 25.000 viviendas nuevas a lo largo de una década, aproximadamente. Sin embargo, "de repente llegó la crisis y la ciudad se quedó a medio construir", señalaba Fernández del Páramo, arquitecto con especialización en Urbanismo. Además, las normas urbanísticas recomiendan que cada ocho o diez años se revisen los PGO, con lo que el de 2005 estaría a punto de caramelo.

Pero el dato que el concejal más destacaba es que si a la previsión de 25.000 viviendas nuevas se le sumasen las viviendas vacías calculadas estadísticamente -"unas 18.000, y probablemente más"-, el resultado sería el de tener cobijo para unos 90.000 nuevos habitantes de Oviedo, mientras que las "proyecciones de entidades regionales, nacionales y europeas indican que Asturias no crecerá, o incluso decrecerá en población, y al cabo de 20 o 30 años la ciudad tendrá los mismos residentes que ahora".

Las previsiones de un potente sector inmobiliario que edificase 2.500 unidades al año suponían también una fuerte extensión de la ciudad "en mancha de aceite", como dicen los urbanistas. Ese proceso tendría todas las atribuciones "de un urbanismo neoliberal despreocupado por el coste económico y medioambiental de extender la ciudad", explica el concejal de Urbanismo.

Es algo sobre lo que ya había alertado "Le Corbusier en los años veinte y treinta del siglo pasado", agrega.

Por tanto, la revisión del PGO incluirá una previsible reducción de los suelos edificables y de los aprovechamientos urbanísticos asignados a determinadas zonas. No obstante, la pretensión básica de Urbanismo es concentrar la nueva edificación en áreas que permanecen vacías, como es el caso de "los espacios entre La Corredoria y el caso urbano consolidado".

La idea final es dar forma a una ciudad más compacta que dispersa.

En ese punto es donde se juntaría la revisión del PGO -que tomaría unos tres años, como mínimo-, con el hecho de que "a estas alturas nadie habla de una segunda burbuja inmobiliaria", estima Ignacio Fernández del Páramo.

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