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"Nos puede pasar a nosotros"

Más de 200 estudiantes de la ciudad conocen la realidad de los desplazados a través de la recreación de un campo de refugiados en el teatro de Pumarín

Un grupo de estudiantes del IES Pérez de Ayala, ayer, en la jaima de Médicos del Mundo en Pumarín. L. MURIAS

"Pensaba que vivían mejor, que eran más felices. Son personas que han perdido su casa, a su familia, y que, a pesar de que su país está en guerra, quieren volver a él. Y todo esto que parece tan lejano nos puede pasar a nosotros". Con estos sentimientos abandonaba ayer la estudiante Eva Riveiro el campo de refugiados "Plaza de los maestros", recreado en el teatro de Pumarín. Una acción coordinada por la Agencia Asturiana de Cooperación, con motivo del Día de los Derechos Humanos, que se conmemoraba ayer, y en la que participaron las cuatro principales ONG que trabajan con refugiados en todo el mundo.

"Ideamos esta recreación de un campo de refugiados para generar empatía en los estudiantes, que se den cuenta de que no es una realidad ajena y sean capaces de ponerse en su piel. Y está siendo un éxito", aseguró Gimena Llamedo, directora de la Agencia de Cooperación. Durante la mañana, más de 200 alumnos de tres centros educativos de Oviedo vivieron en primera persona la condición de refugiado. "Sabía lo que era por la televisión. Pero hasta hoy no supe cómo es realmente su vida, porque ni lo vives ni lo ves a tu alrededor", dijo Aida Pulgar mientras salía de la primera parada del recorrido. Allí Acnur les daba la bienvenida con un vídeo que explicaba las condiciones para que alguien se convierta en refugiado. "Realmente es una: haberlo perdido todo. Y no hace mucho que en España vivimos esa situación. Muchos familiares de estos niños y jóvenes tuvieron que abandonar sus hogares para buscar un lugar seguro", añadió Llamedo. Al entrar en las carpas, un voluntario de Acnur les toma los datos, les hace la tarjeta de identificación y les mostraba el kit de alimentación e higiene que recibiría cada uno. Cruz Roja les explica cómo es el proceso de reagrupación familiar dentro de los campos. Médicos del Mundo, sentados en el interior de una jaima, la situación en la que viven los saharauis desde hace 40 años. Y Accem, la ayuda que prestan a los refugiados que llegan a España. "Llevamos 20 años trabajando en todo el país y en Asturias tenemos un centro de acogida con 25 plazas que siempre está completo, además de dar asistencia jurídica a más de 100", indicó una voluntaria.

"Los gobiernos tendrían que invertir más en esto y menos en armas", aseguró Julissa Caicedo. "Ver esto te despierta las ganas de ayudar más y te hace valorar que tienes familia, una casa y comida. Somos afortunados", añadió Angie Solís. Parece que el objetivo de la acción está cumplido.

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