"Acabas de terminar tu primera obra de arte, así que te acabas de convertir en artista", le decía emocionada María Mieres a uno de los niños que participó ayer en el último taller de serigrafía que impartieron en el claustro del Edificio Histórico de la Universidad. El niño miraba ojiplático su obra. "¿Este cuadro de papel es una obra de arte?", insistía el pequeño. "No es un cuadro, es una estampa. Y sí, es una obra gráfica, una obra de arte", le explicaba sonriente Mieres.
Esta es solo una de las decenas de anécdotas que se han vivido durante estas cuatro semanas de talleres por los que han pasado unas 80 personas que, además de llevarse a casa su obra de arte, han descubierto en la mayoría de los casos los secretos de esta técnica de estampación. "El timo de la estampita" surgió en el marco de la segunda edición de "Imprimo 2", un programa de actividades organizado por la Universidad de Oviedo y el Museo de Bellas Artes de Asturias, que gira en torno a la exposición "Do it yourself", que cuenta con obra gráfica de artistas como Azucena Vieites Sr. X, Craine o Cristina Iglesias, y que permanecerá abierta al público hasta el día 19 de diciembre en la sala de exposiciones Laudeo. "Durante los cuatro viernes y sábados que hemos hecho los talleres, el punto de partida siempre fue la exposición. Que la gente comprenda lo que es la serigrafía antes de ponerla en práctica", explica Mieres. Lo dice mientras cuelga en una cuerda con pinzas las obras que están haciendo los diez participantes de esta última sesión.
Marcos Suárez y María Valvidares vinieron desde Siero para participar en el taller. "Nunca había hecho nada de estampación y me parece una forma diferente de expresar ideas", explica Suárez mientras termina de dibujar la plantilla para su estampa en una hoja de periódico. Ha escogido la serpiente-sombrero de "El Principito". A su lado, Valvidares termina de dibujar su plantilla de letras. "Esta técnica te permite jugar con formas, composiciones, y el resultado es muy chulo". Ambos alaban este tipo de iniciativas, solo piden "que si son en invierno, se hagan en algún sitio más resguardadito".
En la mesa de enfrente Pablo García, ya con su plantilla recortada, prueba sobre el papel blanco cómo quedaría el resultado antes de llevarlo a la tabla y crear la imagen con tinta. "Lo que más me gusta de esta técnica es la iconicidad. Vine un día, me encantó y volví. Despierta tu creatividad y encima lo haces en la calle, es muy gratificante". Norma Bitón acaba de recoger su obra, secarla con un secador, y se dispone a colgarla en la cuerda para que termine de secar. "Con esta técnica puedes estampar camisetas, por ejemplo. No solo es un divertimento, puede ser una salida para gente desempleada o creativos con ganas de hacer cosas nuevas". El reloj acaba de marcar las 13 horas. Laura Gutiérrez, otra de las monitoras, mira las obras finales y sonríe. Se ha acabado por este año, pero el resultado ha sido más que satisfactorio.
