Si hay algo que resume la conferencia "Literatura en Adviento" que pronunció ayer la escritora gijonesa Carmen Gómez Ojea en el Edificio Histórico de la Universidad de Oviedo, fue la risa. La autora cerró con su ponencia el curso académico de la Cátedra Emilio Alarcos, dirigida por Josefina Martínez Álvarez, y lo hizo dejando buen sabor de boca gracias a su naturalidad y cercanía. "Saco mis historias de la vida y de los sueños". Ya de niña se interesaba más por las conversaciones que mantenían las chicas que trabajaban en su casa en la cocina que por las de su madre y sus amigas. "Me influyeron muchísimo, me enseñaron otra vida fuera de los muros de mi casa". También le influyeron poetas como San Juan de la Cruz, del que ayer se conmemoraba el aniversario de su muerte; Francisco de Asís, el primero en montar un belén, que ella define como "teatrillo", eliminando cualquier connotación religiosa; y el diccionario que le regaló su abuela. La escritora destacó que está muy ligada literariamente al Adviento, "una época de espera y esperanza", dice. "En mi colegio nos obligaban a escribir un cuento cada año por estas fechas. Y me metí en más de un problema con las monjas por ellos", rememoró entre risas.