El joven maliayés Pablo Solares presentó ayer su tercer libro "El escritor esquivo" como un "poema narrado e ilustrado" que pretende mantener activo a su público. Solares -"un escritor insultantemente joven" tal como le definió Luis Zaragoza, concejal de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Oviedo- explicó en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA que uno de los deberes de la literatura es "mantener despierto al lector".

"El escritor esquivo" es una novela romántica con tintes de suspense, ambientada en Boston (Estados Unidos) en los años sesenta del siglo XX. El protagonista busca inspiración en personajes de la vida real, pero termina confundiendo realidad y ficción. Así, Phillip es un escritor frustrado que forja una amistad con Thomas, un profesor que vive temporalmente en Hyannisport. Tras conocerle en un curso de verano, encuentra la ocasión perfecta para escribir una novela.

Para el edil, la obra de Solares es un ejemplo de madurez creativa "que mueve al sentimiento y nace claramente del sentimiento". Así, describió como "fulgurante" la trayectoria del escritor y filólogo, que hasta el momento ha publicado dos libros: "Seis de noviembre", traducido al inglés y distribuido al Reino Unido y a Estados Unidos, y "Explosión en el corazón del diablo", que salió a la venta hace dos años.

Además, Solares ha creado recientemente junto a su hermano Daniel la editorial Camelot, que cuenta con una veintena de títulos en español y en inglés, y una nutrida nómina de autores procedentes de medio mundo.

"El escritor esquivo" es el resultado de un proceso creativo en el que la ilustración es una parte fundamental. "Los autores de los dibujos son alumnos de Primaria que plasmaron sobre el papel su visión de ciertas situaciones y que colaboraron con el proyecto en sus colegios", explicó ayer Solares, que decidió sobre la marcha incluir más de una ilustración en el libro. De hecho, inicialmente sólo iba a contar con un dibujo infantil para la portada.

El resultado final de la mezcla de narrativa, poesía e lustración es, según el propio Solares, un libro "que juega con la realidad y que muestra que en la vida no hay nada tangible".