Iba camino de quitarle el puesto al mismísimo Jordi Hurtado, por osado que parezca, pero tres palabras que tardará en olvidar acabaron con la hazaña televisada del ovetense Julio Álvarez en la edición de fin de semana del concurso "Saber y ganar": desperdigar, parapeto y vascular. Se le "trabaron" durante el reto final y le impidieron seguir aumentando el récord de permanencia que aún así regenta actualmente y que le mantuvo durante tres meses en antena, concretamente hasta el programa del pasado 3 de enero. Julio Álvarez estuvo concursando durante doce fines de semana, lo que supone el mejor resultado de un participante desde que el conocido concurso comenzó a emitir su formato de fin de semana.
"Ha sido una experiencia fantástica. Es un orgullo el haber podido hacer un buen papel en un programa que llevo siguiendo mucho tiempo y que tiene legiones de fans", asegura Julio Álvarez, que es licenciado en Derecho, tiene 52 años y trabaja como gerente de una empresa de autobuses en Langreo. No en vano, matiza el ovetense, "el programa que se emite a diario está a punto de cumplir 19 años en antena y el del fin de semana, que tiene un formato más lúdico, lleva ya unos cuantos". El éxito en el juego no se tradujo en excesivos beneficios económicos, pero ahora le paran por la calle para reconocerle su buen papel en el concurso. "Al final me llevé 2.910 euros, ellos mismos reconocen que está muy mal pagado, pero me lo he pasado muy bien y he tenido la oportunidad de conocer por dentro un programa que forma parte de la televisión de calidad. Además ahora hay mucha gente que me saluda y me felicita por el récord", bromea el ovetense.
Julio Álvarez había participado en la edición diaria de "Saber y ganar" en julio del año pasado. En esa ocasión las cosas no le fueron tan bien. "Los nervios, la inexperiencia...". La cosa es que quedó eliminado a la primera de cambio y eso le dejó un resquemor que tenía que solucionar. "El programa de los fines de semana se nutre de antiguos concursantes del diario, así que al marcharme me ofrecí para participar y me acabaron llamando", explica Álvarez. Aunque se grabó un mes antes, el primer programa en el que apareció fue emitido el sábado 17 de octubre del año pasado. "El primer día del fin de semana se juega por equipos y el domingo ya se decide quien se queda fuera de manera individual. Me amoldé bastante bien al concurso y poco a poco fui avanzando, aunque no sin dificultades", subraya.
De entre todas las pruebas que se desarrollan en el concurso -todas de contenido cultural-, el asturiano prefiere las "Letras desordenadas", un reto en el que los concursantes tienen que adivinar cosas como el título de una película o el autor de una obra de arte colocando en orden una serie de grafemas. "Esa se me dio bastante bien, hasta Jordi Hurtado me gastaba bromas diciendo que ya sabía las respuestas de antemano", explica Julio Álvarez, que aún mantiene contacto con su pequeño club de fans de las redes sociales. "Hay mucha gente que te ve y que te apoya, nos siguen muchos espectadores españoles y también desde Hispanoamérica, aunque mis mayores seguidores durante esta aventura siempre fueron mi hijo Íñigo y mi madre Emilia", asegura.
Las grabaciones de "Saber y ganar" se realizan en Barcelona y las jornadas son maratonianas. "En dos días se graban cuatro o cinco programas, pero eso también da pie a hacer muchos amigos y a poder apreciar el funcionamiento de la televisión". Los concursantes también pasan mucho tiempo con Jordi Hurtado, el "eterno" presentador del espacio. "Es de carne y hueso, lo único que pasa es que se conserva muy bien", bromea.
A lo largo de su estancia en el programa el asturiano hizo alarde de su cultura en infinidad de ocasiones, aunque también recordará con cariño meteduras de pata como el "karinazo". "Me preguntaron quien había sido la cantante que había triunfado con 'Las flechas del amor' y conteste Massiel en vez de Karina", sentencia.
