Esther Barbón Suárez, viuda del comerciante textil Nilo del Cano, que con sus iniciativas transformó el comercio en Oviedo, fue despedida ayer al mediodía en la iglesia parroquial de San Francisco de Asís por numerosos familiares y amigos. Sus ocho hijos recibieron numerosas muestras de cariño de los cientos de personas que llenaron la iglesia redonda. El féretro fue conducido por sus nietos hasta situarlo frente al altar.

El sacerdote José Antonio Gómez Haces ofició el funeral por expreso deseo de la familia, de ahí que el acto religioso se celebrara en esta parroquia y no en la de San Juan el Real, a la que pertenecía Esther Barbón.

"Esther o, mejor, Estherina, como la llamábamos los amigos, ayudó a que el Opus Dei diera grandes pasos en Asturias", destacó el sacerdote, al tiempo que animaba a sus nietos a no dudar en "coger los consejos" de su abuela en los momentos de duda. A toda la familia la instó a que continuara tan unida como hasta ahora.

El padre Gómez Haces señaló también cómo la familia de Esther Barbón, el día anterior en el tanatorio, "me dio un ejemplo de serenidad", y animó a todos los presentes con un comentario tan cariñoso como lleno de fe: "Ya tenemos un aliado más en el cielo".

El sacerdote recordó también, de manera muy oportuna, una de las homilías de San Josemaría, fundador del Opus Dei: "Y cuando venga la muerte, que vendrá inexorable, la esperaremos con júbilo. Con alegría".

Al final del funeral una de las nueras de Esther Barbón, Camino, que está casada con Antonio del Cano, pronunció unas breves pero emocionadas palabras para agradecer en nombre de la familia todo el cariño que había recibido en estos últimos días.

Esther Barbón falleció el pasado viernes, en Oviedo, a los 88 años, como consecuencia de una enfermedad degenerativa que padecía desde hace varios años. En el año 1951 se casó con Nilo del Cano, un empresario hecho a sí mismo. Desde entonces la vida de ambos giró en torno a Dios, la familia y el trabajo.