El alcalde de Oviedo, Wenceslao López (PSOE), pidió el jueves a la empresa Santa Bárbara, filial española de General Dynamics y responsable de la fábrica de armas de Trubia, que abra las puertas de sus instalaciones a la sociedad con el fin de que los ovetenses y los asturianos conozcan más de cerca la factoría trubieca y el trabajo que se hace en su interior. En la primera reunión entre el tripartito y Santa Bárbara, el regidor socialista hizo saber a los representantes de la empresa que deben potenciar el conocimiento de la fábrica más allá de Trubia. La idea es establecer sinergias entre empresa y Ayuntamiento para fomentar visitas didácticas para estudiantes, vecinos e incluso profesionales con formación.

El Alcalde considera que la fábrica es un "referente puntero" en el país con la utilización de la alta tecnología y que acercarla a la sociedad sería una manera de mostrar algo que, a su juicio, es desconocido para la mayoría de los ovetenses. La petición entra dentro del objetivo del Ayuntamiento de situarse como mediador entre la empresa y los extrabajadores de la fábrica, que llevan tiempo reclamando su readmisión después de ser despedidos en el año 2012. En este punto, el Alcalde reclamó también a la empresa que, entre los requisitos exigidos a la hora de contratar en la bolsa de trabajo, se incluya el conocimiento de las instalaciones y del funcionamiento interno. Esta valor añadido, conocido fuera de España como "know how" (saber cómo), beneficiaría a los 55 despedidos, la mayoría con una larga trayectoria en la fábrica. El regidor, que reconoce que la empresa ha hecho un esfuerzo por consolidarse en el municipio y que las perspectivas de futuro son buenas, busca que la experiencia dentro de la factoría y el conocimiento de la manera de funcionar sea una "ventaja justa" a la hora de elegir entre varios perfiles. El tripartito pidió el jueves, en la misma reunión, que la empresa abriera una mesa paralela de negociación con los 55 despedidos para tratar de solventar la situación de un conflicto que está a la espera de una nueva sentencia de la Audiencia Nacional.

En esa cita, de casi hora y media de duración que de la que no se quiso avisar a los medios, Santa Bárbara explicó al tripartito sus trabajos, sus proyectos y sus perspectiva de futuro. Una de las cosas que comentaron los representantes de la empresa fue que para el desempeño de algunos puestos era necesario el buen manejo del inglés. La empresa explicó que se trata de puestos relacionados con ingeniería o con el departamento de compras, nunca para soldadores y caldereros. A los despedidos, sin embargo, esta exigencia les cogió por sorpresa. "Es un insulto que se nos exija ahora hablar inglés cuando llevamos toda la vida trabajando para empresas extranjeras e interpretando planos en otros idiomas", señaló el viernes Gregorio Martín, portavoz de los despedidos. Una opinión compartida por el comité, que calificó el asunto de "aberración".