Los arqueólogos y estudiosos mantienen opiniones unánimes acerca de la intención del Ayuntamiento de Ribadesella de recuperar el patrimonio que custodia el Museo Arqueológico de Asturias. Todos los expertos consultados por LA NUEVA ESPAÑA consideran que el Arqueológico es su lugar, por ley y por lógica, aunque dejan abierta la posibilidad de cesiones temporales o de espacios expositivos tutelados por el museo regional.

Rodrigo Balbín, catedrático de Prehistoria de la Universidad de Alcalá de Henares e investigador de la cueva de Tito Bustillo, de donde proceden algunas de las piezas que piden los riosellanos, considera que "el de centralizar o no las exposiciones es un viejo litigio" y plantea "una solución intermedia: crear una sala que dependa del Museo Arqueológico aunque esté en otro sitio". Lo que advierte es que "la creación de un espacio así requiere infraestructuras y gente trabajando, y no es tan sencillo como suelen pensar los ayuntamientos". "El Ayuntamiento de Ribadesella puede hacer un convenio con el Gobierno asturiano, que en buena lógica exigirá una serie de infraestructuras, que de momento no existen".

Él, que ha participado en las campañas de Tito Bustillo, explica que durante las investigaciones "las piezas se extraían y se depositaban en el Arqueológico, que es el lugar para hacerlo".

La arqueóloga María Noval considera que "el Museo Arqueológico de Asturias es el centro donde se deben concentrar las piezas relevantes, lo que no quita para que, como contempla la ley, se pueda hacer prestamos o depósitos temporales". "Si cada ayuntamiento o cada lugar reclamara lo suyo, el Arqueológico perdería sentido", afirma.

Su compañero de profesión, Rogelio Estrada, opina que la idea lanzada desde Ribadesella "no tiene recorrido ninguno. Por ley ese patrimonio tiene que estar en el Arqueológico y solo por desconocimiento se puede plantear el retorno de esas piezas allí". También habla de la posibilidad de una cesión, para exponer los materiales que están en los almacenes del Arqueológico pero insiste en que para ello "hay que tener un espacio acondicionado y personal".

Sergio Ríos, también arqueólogo, hace ver que "si todo el mundo hiciera lo mismo no habría Museo Arqueológico, ni regional ni nacional. Las cosas hay que justificarlas y pedir la devolución sin más argumentos no tiene sentido". "A mí lo que me quita el sueño no es eso sino los problemas de conservación de Tito Bustillo, que tiene un grave problema con la fijación de las aguas fecales, y eso es lo que debería preocupar no solo al Ayuntamiento sino a todas las administraciones", añade.

Marco de la Rasilla, profesor de Prehistoria de la Universidad de Oviedo, opina con cautela y comenta que no conoce bien los detalles del asunto, pero expone que "lo normal es que esos materiales vayan al Museo Arqueológico de Asturias, por una cuestión de eficacia, de conservación y de mantenimiento; a partir de esa norma general, habría que analizar la cuestión".