La entidad Oviedo SOS Cultura y el concejal del ramo, Roberto Sánchez Ramos, "Rivi" (IU), iniciaron ayer una ronda de inspecciones en inmuebles municipales con la finalidad de adaptarlos a usos culturales. "El objetivo es sacar partido a lo que hay; no es momento de grandes inversiones, ni queremos grandes contenedores vacíos", expuso el artista Ánxel Nava, portavoz del colectivo.

Nava hizo votos por abordar "un cambio cultural dialogando con la concejalía con una posición crítica por nuestra parte, porque no somos oficialistas". Y como lo cortés no quita lo valiente, el portavoz de SOS Cultura agregó que "no acabamos de ver un cambio en la ciudad a nivel de cultura". No obstante, con gran aplomo, "Rivi" sostuvo que "estamos manteniendo un dialogo muy fraternal con SOS Cultura".

Hecha la aclaración de conceptos, el concejal de IU pasó al tema del día: "Hoy vamos a ver el edificio de Trascorrales, conocido como el 'fartódromo', que se va a convertir en una sala de exposiciones mediante pequeños arreglos que la van a convertir en una de las mejores de Asturias", una noticia que había adelantado este periódico semanas atrás.

Ya dentro del inmueble, Ánxel Nava repasó los posibles cambios: "El suelo es de madera y tendría que ser de hormigón porque si metes una escultura de 700 kilos habrá problemas". Asimismo, sugirió panelar las paredes cubriendo las ventanas hasta llegar a las vigas del entramado de la cubierta. Y también recomendó eliminar la cocina industrial del recinto, la que suministraba las viandas al "fartódromo" desde los tiempos de Gabino de Lorenzo. "Pero cuidado con eliminarla", indicó entonces Isabel Bermejo, concejal de Somos Oviedo, que acudió por su cuenta a la visita. La cocina también es arte.

La inspección prosiguió en el Calatrava, al que "Rivi se refirió como "un espacio descomunal, bestial, desconocido para la ciudadanía de Oviedo, y creado para un modelo que ya no existe, el de grandes congresos".