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Ignacio Alonso | Director del Museo Arqueológico de Asturias

"Las piezas de Tito Bustillo han de estar al alcance de especialistas e investigadores"

"Hacer reproducciones para exponerlas en Ribadesella es una posibilidad que siempre está abierta si hay disponibilidades económicas"

Ignacio Alonso, en la terraza de su despacho, con vistas a la Catedral. p. m.

Patricia MARTÍNEZ

Ignacio Alonso (Mieres, 1951) es arquitecto y desde 2013 dirige el Museo Arqueológico de Asturias, en Oviedo. Defiende que el patrimonio riosellano que se encuentra en el museo que dirige debe continuar en Oviedo y no en Ribadesella como reclaman desde hace unos días varios colectivos culturales y partidos políticos. Alonso tiene casa en Ribadesella, donde encuentra un lugar de descanso y una referencia profesional por la presencia, sobre todo, de la cueva de Tito Bustillo. En esta entrevista analiza la petición de los vecinos y la situación del patrimonio arqueológico del Oriente.

-Ribadesella reclama un reparto más equilibrado del patrimonio local que exhiben en el museo, ¿qué opina?

-El aprecio que tienen en Ribadesella por el patrimonio es admirable, pero ya es un criterio muy consolidado que las piezas originales que pueden ser objeto de investigación se centralicen en lugares al alcance de especialistas e investigadores. Esto no significa que no se hagan réplicas y exposiciones. Además, en el aula didáctica de Tito Bustillo hay algunos originales que se trasladarán al centro de arte rupestre.

-Foro anunció la reapertura de este aula, ahora cerrada, cuando estuvo en el Gobierno regional, ¿hay algún plan al respecto?

-No hay planes para reabrirla porque el discurso con el que fue montada solapa con el del centro de arte rupestre, que está mucho más actualizado. Sería una duplicidad abrirla, pues el centro de arte la supera tanto en materiales y contenidos como en la propia intención expositiva.

-Una de las posibilidades que se apuntaron desde Ribadesella fueron las exposiciones itinerantes del material, ¿hay alguna programada?

-No está programado, pero no es una posibilidad que esté cerrada. De hecho el año pasado estuvo la exposición del Sidrón en la que había piezas originales. El centro de arte rupestre de Tito Bustillo es un receptor programado para este tipo de instalaciones, que podrían ser del propio material de la cueva, si se creasen.

-De los hallazgos en la gruta riosellana en el museo se muestra una pequeña parte, ¿barajan enseñar más?

-Lo que se ve de Tito Bustillo en el museo es la parte más visible, más interesante desde el punto de vista visual. Son piezas de carácter muy extraordinario. La exposición pública tiene una densidad de información que se considera suficiente. De todas formas, el montaje, que es bastante reciente, no está cerrado. Se puede reconsiderar si apareciesen piezas más interesantes o cambiase el criterio de exposición.

-¿Han considerado diferenciar la riosellana del resto de cuevas asturianas, ahora en una vitrina con un epígrafe general?

-Se ampliará la documentación de todas las piezas. Hay que tener en cuenta que se trata de un patrimonio común. El criterio de selección difícilmente será por localizaciones, sino con los elementos comunes que formen parte de una interpretación cultural con vinculaciones.

-¿Qué novedades hay en la investigación científica de Tito Bustillo?

-Hay un proyecto de investigación muy avanzado pero no concluido a cargo de Rodrigo de Balbín Behrmann. Por otra parte, sobre Tito Bustillo y el resto de cuevas Patrimonio de la Humanidad la Consejería va a iniciar el estudio global de las condiciones ambientales, tanto de las abiertas al público como de las que no lo están.

-¿Con qué objetivo?

-Para tener una visión permanente y continua de la afección de las condiciones climatológicas, de las inducidas por la propia naturaleza y también del paso de los visitantes en el caso de las abiertas al público. Para tener constancia de que la visita no es nociva, para controlar también que no haya vertidos o plantaciones inadecuados en el entorno y para mejorar las condiciones de conservación. Tenemos la obligación de preservar y transmitir este patrimonio a las generaciones que vengan detrás.

-¿Cuándo se retomará la investigación científica?

-No sé cuándo se retomará, sé que ha habido conversaciones con Rodrigo de Balbín. No existe el concepto de terminar una excavación arqueológica en una cueva de este tipo. Los avances de la ciencia van proporcionando datos nuevos y siempre se excava una parte mínima. El resto del yacimiento queda de testigo para hacer comprobaciones o para la posteridad.

-¿Se podría trasladar la investigación a Ribadesella, como se pedía para el museo?

-En los últimos periodos de investigación no fue necesario el disponer de un espacio propio allí, teniendo en cuenta que aquí sí hay espacios y medios para realizar este tipo de trabajos.

-Existe un problema con la falta de el saneamiento del río San Miguel que podría afectar a la cueva, ¿tomarán medidas?

-Hubo estudios sectoriales sobre este tema que indicaron que no se daban esas situaciones de gravedad. De todas formas, en estos estudios que se iniciarán se prevé hacer un seguimiento.

-En el museo también exhiben los capiteles de la iglesia de San Salvador de Moru, recientemente restaurada, ¿podrían retornar los originales o contar el templo con una réplica?

-Hacer reproducciones es una posibilidad que siempre está abierta y que se realiza habitualmente en el museo, dentro también de las posibilidades económicas que tenemos. No me parece mala idea.

-¿Qué opina de la labor desarrollada por la asociación "Iglesia de Moru" en la recuperación del patrimonio?

-Apreciaba mucho a Daniel Malvárez, que era el anterior interlocutor y en quien personalizo la puesta en marcha de esta iniciativa, que lógicamente valoro mucho. No es el único caso de recuperación del patrimonio por una asociación, pero afortunadamente es el mejor desarrollado hasta ahora. Por la continuidad en el tiempo y porque el no hacer las cosas de golpe permitió tener tiempos de reposo. En una situación como la de Moru los datos son complejos, puede ser un importante yacimiento arqueológico que está sin explotar.

-¿Qué hay de nuevo respecto a la investigación en el Sidrón?

-La novedad es que la excavación como tal se da por finalizada, se extrajeron los restos del depósito para su estudio. Ahora queda el periodo previsiblemente largo del estudio de estos restos.

-¿Qué patrimonio del resto de concejos del Oriente se puede ver en el museo?

-La última vitrina instalada en el museo es un enterramiento colectivo de Argandenes, en Piloña, del que sólo se excavó una mínima parte pero que da unas dataciones y una adscripción cultural a la población visigoda que son de mucho interés en Asturias. Por supuesto el paleolítico de las cuencas del Sella y el Cares-Deva y también tenemos material lítico y arte mueble bastante importante de todos los concejos del Oriente. La comarca fue una zona poblada durante muchísimos años, existe la certeza de la ocupación neandertal y hay continuidad hasta la actualidad.

Ignacio Alonso (Mieres, 1951) estudió Arquitectura en Valladolid y Madrid, donde fue alumno de Rafael Moneo. De aquella etapa conserva el apego a las intervenciones de vanguardia pero sin desmerecer la arquitectura histórica y teniendo muy en cuenta la vida y el entorno del monumento. Trabajó como profesional liberal hasta 1987, cuando empezó a trabajar en la Administración. Estuvo a cargo de la conservación y restauración del patrimonio y luego fue jefe del servicio de Patrimonio hasta 2011. Desde el año 2013 es el director del Museo Arqueológico de Asturias, ubicado en Oviedo.

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