En estas fechas en las que aún está reciente esa exaltación del amor, en torno a la fiesta de San Valentín, nos vendría bien reflexionar sobre ciertas ideas que nos han inculcado desde siempre y que, en ocasiones, nos hacen sufrir algo más de la cuenta.

Quizás la idea mas nociva pueda ser esa en la que muchas canciones y poemas nos describen como seres incompletos, como parte de un conjunto en el cual sin el otro miembro de la pareja no somos nada: "Sin ti no soy nada". Algo que se define perfectamente en esa metáfora de la media naranja. Somos naranjas enteras, nada de mitades ni de complementos, entre otras cosas porque esa idea nos puede conducir a la inseguridad y la frustración.

En el caso de que tengamos pareja podemos dudar de nosotros mismos si no coincidimos en la forma de pensar. Si no la tenemos podemos llegar a pensar que dicha situación se provoca por una carencia nuestra. Eso nos mueve a precipitar relaciones abocadas al fracaso por la falta de una base sólida de amor y afinidades .

Otra idea muy relacionada con el amor es el sufrimiento. Frases como "morir de amor" nos han trastocado la idea original del amor basada en una relación emocional placentera en la cual ambas partes construyen algo juntos, de manera ilusionante y bajo la premisa mutua y latente de que merece la pena, a pesar de las dificultades normales. De ahí a desgraciarnos la vida, hay un paso muy grande. Podemos rayar el masoquismo.

Otra idea errónea sitúa al amor al nivel de la propiedad. Muchas canciones hablan de dueños o amos. Esos roles se van implantando en algunas relaciones. Aparece la figura del poseedor y del poseído, con la total anulación del otro como consecuencia y una baja autoestima en esa parte de la pareja, que crea una dependencia enfermiza

Otra idea que se transmite en canciones es la del amor eterno. Me parece una aspiración maravillosa, pero es eso: una aspiración. Muchas veces tenemos que entender que las personas maduran, evolucionan, las situaciones cambian y no es un error ni un fallo.

La princesa y el soldado . Los sentimientos cambian y hay que entenderlo desde esa perspectiva natural, sin buscar culpas o culpables. Me encanta una historia que ilustra de manera preciosa la prevalencia del amor propio, del amor a sí mismo frente a la idea enfermiza del amor. Hace mucho tiempo, en un reino lejano vivía un rey con su princesa, la más hermosa de todo el reino. Cierto día el rey dio una fiesta para su hermosa princesa, un soldado que hacía la guardia la vio pasar. Era la más hermosa del reino. Se enamoró profundamente de ella. Pero, ¿qué es un simple soldado al lado a la hija de un Rey?

Cierto día, el soldado se atrevió a hablar con el rey y pedirle la mano de su hija, el rey dijo claramente: "¡la decisión debe tomarla la princesa!". El soldado se dirigió hacia la princesa y le dijo que él no podría vivir sin ella. a princesa quedó tan impresionada con el amor que le profesaba que le dijo al soldado: "Si puedes esperar por 100 días y 100 noches bajo mi balcón, al final de eso, seré tuya y me casaré contigo".

El soldado se instaló bajo el balcón de su amada y esperó. Un día, dos días, diez veinte...Cada tarde la princesa miraba, y él no se movía. Cada día la princesa sentía más admiración por aquel hombre y sentía cada día más amor por aquel soldado.

Paso la lluvia, el viento, y la nieve. Él estaba todavía ahí. No se movía ni un milímetro del balcón de su amada. En el noventa y nueve día, estaba pálido y débil. Las lágrimas corrían por sus ojos. Ya no podía sostenerse. No tenía lfuerza para dormir. Y todo el tiempo, la princesa lo miraba. Llego el día 100. La princesa corrió a los brazos del hombre que tanto había soportado por demostrarle su amor. No lo encontró.

La decisión crucial. En la noche noventa y nueve, el soldado se pusó de pie, tomó su silla y se marchó. ¿Porqué se marchó?, después de esperar tanto tiempo, el último día, el soldado simplemente se marchó. En nuestras vidas no hay castillos, ni reyes, ni princesas. Pero de algo podemos estar seguros: no podemos estar siquiera un día al lado de una persona que no nos evita un sufrimiento tan grande. Nadie puede desperdiciar así su vida. ¿Se puede guardar el Amor?, ¿Se puede esperar tanto por una persona que quizá nunca llegue?. ¿No será tiempo de "tomar nuestra silla y caminar"? La vida se construye con dos pilares. No podemos, siquiera pensar, que podemos mantener una vida nosotros solos. Tampoco podemos ser un pilar a medias.