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FRANCISCO POL URBANISTA, AUTOR DEL PLAN ESPECIAL DEL ANTIGUO | El debate sobre el futuro del barrio viejo de la capital

"En el Antiguo rechinan el abandono y el deterioro que hay en las zonas más bajas"

"La tipología de viviendas de cascos históricos como el de Oviedo no se presta a la especulación; un rico de verdad elige otra zona para vivir"

Francisco Pol. MIKI LÓPEZ

Francisco Pol es el autor del plan especial del casco histórico de Oviedo. Con él llegaron la peatonalización, la rehabilitación de los edificios antiguos y las fachadas de colores a la ciudad. La estrategia urbanística que Pol diseñó para Oviedo fue pionera en España, junto con el plan especial de Santiago de Compostela, que también es cosa suya.

-El casco antiguo de Oviedo está dividido. Hay una zona que funciona, turística y monumental, y otra, más popular, con solares y edificios abandonados y problemas de convivencia ciudadana.

-Siempre ha tenido esa diversidad, ya en origen. Hay una zona de asentamiento de capas medias y altas, donde la situación es mejor que en las zonas con una población más popular, formada por los obreros de la Fábrica de Gas o de la de Armas. Ya lo describía Clarín al hablar de cómo es Vetusta. Cuando hicimos el plan especial para el Oviedo redondo había en él edificios abandonados y un componente de marginación muy importante. En veinte años la zona ha mejorado, aunque no tanto como podría haberlo hecho. En 1991 el 15 por ciento de las viviendas estaba en ruinas, el 10 por ciento no tenía baño y sólo un 11 por ciento estaba en buen estado. La zona más baja, todo lo que polariza el Paraguas y la calle Mon, y hacia el Campillín, era la más deteriorada.

-Eso no ha cambiado.

-Cuando hicimos el programa de rehabilitación de fachadas se rehabilitaron incluso los edificios que estaban abandonados. Eso mismo lo aplicamos en Santiago de Compostela y lo hicimos en Cáceres. Hay que hacer inspecciones sistemáticas de los edificios. Pasaron muchos años de plan y debería ser obligatorio hacer un chequeo cada diez años. A veces se desperdician subvenciones actuando donde no es necesario.

-¿Sobre cuántas viviendas actuaba el plan?

-El casco antiguo debía tener en los años noventa unas mil setecientas viviendas. El 15 por ciento era vivienda desocupada, cuatro de cada diez vecinos eran jubilados y con pocos recursos. Aquélla fue una labor de rehabilitación y de revitalización social, para fomentar la incorporación de población joven, preferiblemente familias con niños. Los cascos históricos atraen más a las personas jóvenes sin hijos, pero a día de hoy una pareja joven pueda vivir en un barrio así hasta los 40 años.

-La redacción del plan empezó con el socialista Antonio Masip en la Alcaldía.

-El plan se aprobó en los últimos meses de gobierno socialismo y el gobierno del PP puso en marcha una propuesta pionera, que fue la de la peatonalización. El casco antiguo estaba acotado por los coches, era un casco invivible.

-¿Había argumentos en contra?

-Sí, decían que si la gente no llegaba a las tiendas o los negocios en coche no irían. Hicimos una encuesta y el 98 por ciento de los vecinos eran favorables a la peatonalización, lo que era normal porque en el Antiguo no había vados para aparcar y los coches ocasionaban nada más que molestias.

-Y salió adelante.

-Se peatonalizó de una sola tacada, no como en Alcalá de Henares o en Cáceres, donde se hizo por partes y de forma descoordinada, con un resultado nefasto. Santiago y Oviedo fueron la experiencia más radical.

-Siguieron luego por los edificios.

-Las fachadas y pavimentos. Ese modelo se había desarrollado en Barcelona por primera vez. La idea es que, como la rehabilitación de un barrio es un proceso largo, si actúas sobre el exterior atraes nueva vivienda. En Oviedo se hizo con subvención íntegra municipal. La condición exigida era rehabilitar la cubierta. Fue una actuación preventiva interesante y de bajísimo coste.

-A su juicio, ¿funcionó?

-Tanto la peatonalización como la rehabilitación de los edificios. En pocos años generó la instalación de comercios y negocios.

-Sepa que los vecinos proponen ampliar la peatonalización a la calle Paraíso.

-Paraíso es una zona complicada. El plan contemplaba generar un paseo sobre la muralla, que ayudaría a regenerar esa zona y con unas vistas estupendas. Serviría de conexión con la Fábrica de Gas, que proponíamos para usos dotacionales. Ese paseo rompía la frontera entre el casco antiguo y la zona este de la ciudad, con un pasaje con una imagen industrial.

-Precisamente, hay quien habla de recuperar la industria para el Antiguo, una industria actual.

-Ésa es una buenísima idea. En el barrio de Poble Nou, en Barcelona, está el proyecto "22@Barcelona", que ha transformado el barrio con lotfs, con la nueva economía limpia, dedicando las antiguas fábricas a la economía digital...

-¿Ése es el fenómeno de la gentrificación, como en Lavapiés o Chueca?

-La tipología de vivienda que hay en Oviedo o en Madrid, en barrios como Lavapiés, con superficies de 30 y 40 metros y corralas, no se prestan a la especulación. Un rico de verdad no se va a vivir a Chueca, elige Serrano, donde tendrá muchos metros y edificación de calidad. Se habla mucho de gentrificación, pero es muy discutible.

-Veinticinco años después de aquel plan para el Antiguo, cuando se pasea por sus calles, ¿hay algo que le rechine?

-El abandono y el deterioro de esas zonas bajas, en las que hay carencia de pequeño comercio, hostelería de baja calidad y poca actividad. Hay síntomas de abandono. Ahora no se trata de plantearse el casco antiguo como un todo, sino de concentrarse en las áreas grises: el perímetro de la calle Salsipuedes o el entorno del Paraguas. Ése es el punto clave.

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