La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Un ovetense recibe el alta hospitalaria tras sobrevivir a una caída de un piso 13

El hombre sufrió múltiples fracturas y fue operado para extirparle el bazo y parte del hígado y del colon

Edificio de la antigua estación de Alsa, donde se produjo el suceso. LNE

Está vivo de milagro por partida doble. Un ovetense que se precipitó desde un decimotercer piso sobrevivió, contra todo pronóstico, al tremendo impacto contra el suelo que sufrió después de muchos metros de caída libre. Posteriormente, en situación crítica, fue trasladado al Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), donde una serie de intervenciones quirúrgicas y de cuidados dieron lugar a una recuperación a la que también podría colgársele la etiqueta de prodigiosa. Según ha podido saber LA NUEVA ESPAÑA, ha recibido el alta recientemente, después de tres meses ingresado en el complejo sanitario ovetense.

Los intentos de suicidio no son infrecuentes. Sin embargo, recurrir a una caída desde el piso número trece no es tan usual, y menos en Oviedo, donde no resulta fácil hallar una construcción de esta altura. El caso tuvo lugar en el antiguo edificio de la estación de Alsa, en el barrio de Pumarín. Los conocidos bloques de viviendas de color gris constan exactamente de trece plantas. Según los testigos del suceso, el hombre -al que calculan una edad que no alcanza los 50 años y atribuyen antecedentes de trastornos psíquicos- se arrojó al patio interior del edificio.

Cuando llegaron al lugar de los hechos, los sanitarios y técnicos de la UVI móvil no podían creerse que el hombre diera señales de vida después de desplomarse desde una altura de casi 40 metros. Fuentes sanitarias conocedoras de este tipo de accidentes señalan la clave: "Fue muy importante que no tuviera un traumatismo craneoencefálico. Tenía destrozado el cuerpo, pero no el cráneo". Ése es el factor diferencial con lo que puede ser un fatal tropezón con un bordillo que cause la muerte de quien lo sufra.

Una vez trasladado al HUCA, comenzó la gran y contradictoria odisea por salvar la vida de un hombre que deseaba morir, pero cuya hora -a juzgar por las circunstancias- aún no había llegado. Los médicos y el personal sanitario se encontraron ante "un politraumatismo impresionante" que poco a poco fue desarrollando "todas las complicaciones que se puedan imaginar". Una vez superada la fase de vida o muerte, los cirujanos del centro hospitalario tuvieron que acometer un maratón de intervenciones quirúrgicas. Las fracturas eran múltiples: extremidades, cadera, traumatismos torácicos... Asimismo, hubieron de abordar las múltiples lesiones internas que padecía, que obligaron a quitarle el bazo, y parte del hígado y un tracto del colon... Contra todo pronóstico, el paciente fue superando todos los obstáculos. "Incluso los médicos se mostraron sorprendidos de su evolución", indicaron algunos conocedores del caso.

Aproximadamente dos meses estuvo el hombre ingresado en el área de cuidados críticos del Hospital Central. En planta estuvo hospitalizado un mes más. Finalmente, recibió el alta, poniendo punto y final a una sorprendente historia en la que la fortuna se alió con el buen hacer de un equipo de profesionales sanitarios que dio lo mejor de sí mismo ante un caso que parecía perdido.

Compartir el artículo

stats