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Montes: "Los yihadistas entierran vivos a niños cristianos y violan masivamente"

El misionero afincado en Irak subraya que hablar de islamismo moderado en el mundo árabe "es un eufemismo"

Luis Montes, durante su conferencia de ayer en Oviedo. IRMA COLLÍN

Chantajes, asesinatos, violaciones... El panorama de los cristianos en Oriente Medio descrito ayer en Oviedo por el sacerdote argentino Luis Montes se sitúa en el ámbito de lo estremecedor. Un botón de muestra: "Los yihadistas los asesinan. Han enterrado niños vivos. A las mujeres las convierten es esclavas sexuales. Practican violaciones masivas: hay niñas que han sido violadas hasta 40 y 50 veces al día. Y todo eso sucede bajo el Estado Islámico".

Misionero perteneciente al Instituto del Verbo Encarnado (fundado en Argentina en 1984), Luis Montes fue ordenado sacerdote en 1996. Ese mismo año se trasladó a Palestina. Ha trabajado también en Jordania y Egipto, y últimamente lleva cinco años en Irak. Allí vivió en Bagdad, y actualmente reside en el Kurdistán iraquí, atendiendo a las comunidades cristianas que aún permanecen en la zona.

Su labor pedagógica arranca con una aclaración dirigida a quienes siguen el conflicto desde la distancia: "Se dice que algunos países musulmanes son moderados, pero la realidad es que hablar de un país moderado en el mundo árabe es un eufemismo. Puede que la situación sea menos terrorífica que en otros, pero si eso mismo lo hicieran en Europa se les llamaría extremistas".

Luis Montes citó como ejemplo Egipto: "Se dice que allí hay un islam moderado, pero cada año mueren por la fe cientos de personas, y eso nadie lo cuenta. En esos países moderados, los cristianos sufren presiones desde la escuela, desde la enseñanza primaria. Y después en la secundaria, y en la Universidad, y en su ámbito laboral... La ley vigente en esos países les protege solo parcialmente. No son estados de derecho".

El sacerdote explicó que los ejecutores de la persecución disponen incluso de un manual que incluye "una tarifa de precios de las chicas que secuestran: sin son vírgenes, pagan más". En ocasiones, el elenco de víctimas no se restringe a la minoría cristiana: "Hace poco, en Mosul decapitaron a un adolescente musulmán por escuchar música occidental".

La presión no es totalmente homogénea. En Irak y Siria, subrayó el misionero argentino, "se ha llegado a lo impensable". ¿Qué quiere decir? "Se está produciendo un genocidio en toda regla que Europa tarda demasiado en reconocer. Desde que se implantó el Estado Islámico, de Irak han tenido que marcharse unos 120.000 cristianos para salvar su vida".

Uno de los mecanismos de presión se plasma en un dilema: "O pagas un impuesto o te matan". Con la circunstancia añadida de que "el impuesto que exigen es imposible de pagar para aquellas personas, ya que en algunos lugares piden 500 dólares al mes cuando ése es el sueldo de un padre de familia". La cuantía varía en función de las posibilidades de la gente de la zona. "Así se aseguran de que en todos los casos sea impagable", explicó. Con lo cual, "el dilema es claro: convertirse al islam o morir".

Desde una perspectiva política y geoestratégica, Luis Montes aseveró que "acabar con el Estado Islámico sería posible si se quisiera, pero no se quiere". Para poner fin a la hegemonía yihadista, prosiguió, "bastaría dejar de comprarles petróleo o de enviarles armas". "El Estado Islámico ya se ha encontrado con problemas económicos sólo porque Rusia bombardea los camiones con petróleo que envían a Turquía. Eso les corta ese flujo de dinero y el Estado Islámico está viéndose debilitado. Han tenido que bajar los sueldos a la mitad". Luis Montes señaló que "contra el Estado Islámico sólo luchan Rusia, el ejército de Siria y los kurdos. Los demás, como la coalición occidental, dicen que luchan pero no es verdad, no están haciéndolo. Ha hecho más Rusia en tres meses que la coalición occidental en año y medio".

Pese al pavoroso paisaje esbozado, Luis Montes tiene previsto regresar al Kurdistán, después de una semana en México y dos en España para relatar al mundo el genocidio cristiano, con el apoyo de la Fundación Ayuda a la Iglesia Necesitada. "No se puede vivir con miedo. Si un misionero tiene miedo, lo mejor es que se marche, pero te acostumbras. Algunas explosiones me han pillado muy cerca, pero nunca me ha pasado nada. Creo que Dios nos da gracia y ayuda para hacer este servicio, y si tiene que pasar algo que pase. Al fin y al cabo, todos tenemos que morir, hoy, mañana o cuando nos toque", enfatizó.

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