Manuel Aguilar Diosdado, director de la Unidad de Endocrinología y nutrición del Hospital Universitario Puerta del Mar de Cádiz, apostó ayer en Oviedo por el trabajo multidisciplinar en el tratamiento del pie diabético para prevenir la amputación, que afecta a 20 de cada 100.000 habitantes en España. Lo hizo en el transcurso de unas jornadas científicas sobre diabetes mellitus, ayer, en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA).

-¿Un paciente diabético tiene más riesgo de sufrir una amputación?

-Las amputaciones por diabetes son la causa más frecuente de amputación en España. Han bajado, pero los niveles siguen siendo muy elevados. Una persona con diabetes tiene hasta veinte veces más riesgo de padecer una amputación que una persona sin diabetes. La atención al pie diabético grave es compleja porque requiere la intervención de muchos profesionales diferentes: enfermería, endocrinología, cirugía vascular, traumatología, podología, infeccioso...

-¿Qué solución propone desde su experiencia?

-En Andalucía estamos poniendo en marcha un modelo de atención multidisciplinar que creemos que puede disminuir notablemente la tasa de amputaciones por diabetes, veinte por cada 100.000 habitantes.

-¿Cómo se ha avanzado, en general, en la atención al paciente diabético?

-Nuestro sistema sanitario está muy preparado para la atención a la patología urgente, para la resolución de graves problemas sanitarios, como los transplantes y para las patologías graves. Pero para las patologías crónicas, como la diabetes, tenemos aún un gran riesgo organizativo. A pesar de eso, creo que se está asumiendo con cierto éxito y se están desarrollando planes y programas de atención integral a la diabetes en las distintas comunidades autónomas, también en Asturias. Aún queda mucho camino por recorrer. Es un reto para la administración y una oportunidad de mejora para formar grupos multidisciplinares y para adaptar la atención a las necesidades del paciente, no como se ha hecho durante mucho tiempo que el paciente se tenía que adaptar a las necesidades de la organización.

-¿Se puede llevar una vida normal?

-Por supuesto que sí. Los dispositivos de atención primaria, en general, están bastante bien preparados para hacer un seguimiento adecuado. Además, todo el soporte sanitario y social que hoy tienen las personas con diabetes le permiten llevar una vida con calidad de vida normal. Existen grupos de trabajo que trabajan con distintos sectores (educadores, empresas...) que implican la cotidianidad, no solo las prestaciones sanitarias para tratar de mejorar el día a día de la personas de diabetes. Lo que queremos es seguir trabajando para que no haya complicaciones graves y cuando las haya detenerlas para que no progresen.

-¿De qué logro está más orgulloso y que reto le gustaría conseguir?

-Cuando yo comencé a trabajar en diabetes las personas no se transplantaban. No había posibilidades de resolver las situaciones. Hoy, una de cada tres personas que están en programas de diálisis o transplante renal es por nefropatía diabética. Todavía sigue habiendo muchos pacientes con diabetes con complicaciones pero también tenemos soluciones para sus complicaciones. En cuanto al reto personal, la prevención de la diabetes tipo uno. No hemos conseguido conocer exactamente cómo podemos prevenirla. Ha habido muchos ensayos y muchos abordajes diferentes tanto en animales y en personas sin resultados. La prevención de este tipo de diabetes sería uno de los éxitos más anhelados.