Se conocieron hace muchos años en las clases de pintura de Taller 3, en Oviedo. De hecho, les cuesta recordar la fecha exacta en la que empezaron a compartir opiniones, experiencias, visitas a exposiciones y a ferias de arte por toda España. Y amistad, claro. Ana Quirós, Marta Sobrino, Yolanda Vivero y María José González "Barrial" tienen diferentes profesiones. Unas viven del arte y otras no, pero todas lo llevan en la sangre. Por eso, no se cansan de buscar vías para dar a conocer sus trabajos y ofrecer un arte diferente, atractivo y accesible para todos los públicos.
Un ejemplo de ello es la muestra que han organizado en la sala de exposiciones del Auditorio, "Cajón desastre", que estará abierta hasta el 30 de abril. Entre las columnas del espacio y sobre sus empedradas paredes, cuelgan trabajos originales, coloridos y artesanales, la mayoría realizados con material reciclado. La idea para esta exposición surgió una noche, cuando al salir de una cena, se encontraron con una caja de fresas en la calle. "Empezamos a hablar sobre qué se podría hacer con ella, y salían buenas ideas", cuenta González. "Durante varios días, estuvimos haciendo rondas para recoger más cajas y ponernos a trabajar", añade Quirós.
Cada una en su taller empezó a pensar qué hacer con ese material y el resultado fue de lo más variado. "Siempre trabajo con objetos que me encuentro en la naturaleza, por eso mis cajas hacen referencia a ella", explica Vivero. Sus cajas, con predominio de los azules, están llenas de palos, telas deshilachadas y productos naturales, como las tintas. Todo acompañado de sus pinturas en tela y sus esculturas. Marta Sobrino, cercana a ella en el tema pero no en los colores, juega en sus cajas con las sombras de las piedras, gracias a telas como el tarlatán, y las acompaña con pinturas de aspecto marmóreo. "Barrial", enfrascada completamente en los collages, con los hilos y las pinturas a bolígrafo como claves, recrea en sus cajas varios de sus recuerdos infantiles, que presenta junto a sus trabajos de collage con el volumen como novedad, y con grabados y piezas de cerámica o cartón piedra en su interior. La amistad del grupo, salpicada de anécdotas personales, como su boda, vestida con un velo de papel higiénico o en el centro de integración para personas con discapacidad en el que trabaja, protagonizan las cajas de Ana Quirós. Además, no faltan sus pinturas coloridas y sus esculturas de papel, que presenta también en formato broche, superando la fobia a los cabezudos que tenía desde niña. Un trabajo artístico muy personal que demuestra que el arte está en todas partes, hasta en los elementos que viven su segunda oportunidad.
