Nadie puede negar que la historia ha sido injusta con las mujeres artistas. En el pasado, pocas mujeres se atrevían a mostrar sus creaciones en público y, si lo hacían, tenían que utilizar un seudónimo de género masculino para que alguien se animase a comprar sus obras. Para comprobarlo, solo hay que leer algún libro de historia del arte o darse una vuelta por las salas de los museos, en las que el porcentaje de hombres es infinitamente superior al de mujeres. Pero, afortunadamente, las cosas están cambiando y las mujeres artistas han levantado la voz. Un ejemplo de ello son las dos exposiciones que se pueden ver hasta el 10 de abril en la galería Arancha Osoro.
La muestra "Ellas mismas" está compuesta por los autorretratos de cinco artistas (Helena Toraño, Nuria Blanco, Iria do Castelo, Marta Fermín y Natalia Pastor) que han decidido sumarse a la iniciativa de "crowdfunding" (mecenazgo) para la publicación del libro "Ellas mismas. Autorretratos de pintoras desde la Edad Media hasta las Vanguardias", de la escritora gijonesa Ángeles Caso, que con el que se pretende dar visibilidad a las mujeres en la historia del arte, y que ya ha recaudado más de 70.000 euros para costear los ejemplares que llegarán a sus mecenas. Por otro lado, la exposición "Ellas pintan" presenta los trabajos de otras cinco creadoras (Jezabel, Carmen Tamarit, Tania Rico, María José González "Barrial" y María Pujol), que reivindican con su mejor "savoir faire" su merecido espacio en el panorama artístico nacional e internacional.
Gracias a esta inesperada reunión, Osoro ofrece al espectador una visión muy íntima de algunas de las artistas más celebradas de la región y de fuera de ella. El autorretrato de la ovetense Marta Fermín habla de su explosión, personal y artística, de su creatividad constante y de su energía; el de la llanisca Helena Toraño podría ser cualquiera de sus pinturas, porque ella es lo que pinta, un coctel de figuración, realismo, zumo de pop art y gotas de estilo naïf. La coruñesa Iria do Castelo mete la cabeza en una de sus simpáticas esculturas, incapaces de pasar desapercibidas; Natalia Pastor e Iria Blanco se desnudan, la primera mostrando su cara más libre y la segunda el cerebro que suplantó a su corazón para dejarle todo el espacio en su cabeza.
La visita se vuelve redonda con la posibilidad de ver una colectiva en la que el arte es solo cosa de mujeres, y en la que destacan las carismáticas ilustraciones de Tania Rico, las impactantes pinturas de claros y sombras de la joven Jezabel y los coloridos collage con dibujos a bolígrafo de la ovetense "Barrial".
