Son las 19.00 horas y decenas de personas esperan en las puertas de la nueva sala que el Casino de Asturias inaugura en Oviedo. Los últimos retoques retrasan la apertura. "¿Dónde está el electricista?", se escucha. Lo que falla es una de las macetas luminosas de la entrada, nada crucial, pero todo tiene que estar perfecto. "Oviedo es una gran ciudad, se merecía un casino como este, de primer nivel. No tiene nada que envidiar a ninguno del norte de España", asegura Emilio Palacios, responsable de Casinos-Bingos del Grupo Carbajosa, la empresa concesionaria del casino de Asturias. "¿Abrimos ya? Me están preguntando fuera?", interrumpe un trabajador. La espera, aunque corta, se les hace eterna a los que quiere conocer estas instalaciones de 800 metros, con cabida para 268 personas.

Se abren las puertas por fin. "Buenas tardes, caballero. Déjeme su D. N. I., por favor", indica Silvia Pravia a un cliente. Junto a María Camino, Carolina Cabrera y Sandra Cardo, se encargan de la recepción de los clientes. "Nunca había estado en un casino, ni jugando, pero me atraía este mundo. Me apetecía vivirlo desde dentro", cuenta Cardo. En total, 35 personas componen el personal de este nuevo espacio lúdico en la ciudad, 12 de ellos reabsorbidos de la plantilla del Gran Casino de Gijón. "Así eliminamos el E.R.E. que se iba a realizar allí. Los demás son personal nuevo, formado en nuestra escuela", explica Palacios. Por las cuatro salas (naipe, máquinas, bolas y zona de apuestas) se reparten máquinas de última generación con crupieres virtuales y el sonriente personal que vive con ilusión esta nueva etapa. "Ya estuvimos en la inauguración de Gijón, hace 10 años. Y ahora volvemos a empezar de cero aquí. Está bien cambiar", cuentan Susana López y Noelia Álvarez, responsables de la sala de máquinas. Para completar la oferta, un espacio "bistró" con los mejores productos gourmet, que hará más "apetecible" el juego a los ovetenses.