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El parque canino de Foncalada "asfixia" al vecindario por mal olor e insalubridad

Una comunidad de propietarios denunciará al Ayuntamiento para que cierre el recinto y "aumente la distancia entre viviendas y espacios para perros"

El parque canino de la plaza Ana García, en el entorno de Foncalada. IRMA COLLÍN

La comunidad de propietarios Jardines de Foncalada exige al gobierno local que clausure el parque canino que tiene "a cinco metros del portal" por los malos olores, los ruidos y la insalubridad que genera, y planea denunciar al Ayuntamiento en los juzgados de lo contencioso administrativo con el objetivo de que "aumente la distancia legal entre viviendas y espacios para perros".

El parque canino está en la plaza Ana García, en pleno entorno de la Foncalada, y fue inaugurado hace menos de tres años por la entonces concejal de Sanidad y Atención al Ciudadano, Trinidad Ordiz (PP). El recinto se convirtió en un dolor de cabeza para los vecinos desde el primer día y generó más de un conflicto entre ellos y los dueños de los animales. "No abro las ventanas en verano porque el olor a heces y orines se mete hasta la cocina". Marta Fonollá es una de las afectadas. Vive en la comunidad de propietarios que demandará al Ayuntamiento (que incluye los portales 2, 4, 6. 8 y 10 de la calle Javier Grossi, y el 1 de la plaza Ana García). Tiene un hijo de 21 meses y está cansada de entrar y salir corriendo del portal con el niño en brazos porque hay perros sueltos. "Muchas personas se saltan las normas y vienen con la mascota sin correa". Al igual que sus vecinos, le cuesta mucho dormir por los ladridos. "Hay quien va con su perro a las siete de la mañana, después de comer, por la tarde, de madrugada... Aunque la hora de mayor afluencia es de 21.30 a 23.30 horas. Y si hay fútbol ese día, llegan más tarde".

Miguel Sánchez, otro de los afectados por el parque canino, aclara que los vecinos de Foncalada están calculando lo que les costará pleitear contra el Ayuntamiento. "Tendremos que pagar abogados y procuradores entre otras cosas, pero si no lo hacemos la situación seguirá igual".

Desde 2013, la comunidad ha enviado un rosario de escritos y recursos de reposición al gobierno local que no han tenido respuesta. Hace unos meses, se reunieron sin mucho éxito con el Alcalde y la edil de Vías públicas, Ana Rivas. "Wenceslao López nos dijo que desconocía el caso, pero que lo mirarían. Así que seguimos esperando una solución", comenta Sánchez, que suma al problema del mal olor, los ruidos y los perros sueltos, "las moscas y las polvaredas que se levantan cada vez que los animales corren por el parque canino. El vecindario de Foncalada se asfixia".

Algunos usuarios del espacio para mascotas de la plaza Ana García acusaron a los vecinos del entorno de tratar de envenenar a sus perros en 2015 con comida rociada de sustancias tóxicas. Sin embargo, la Brigada Científica de la Policía Nacional analizó las muestras en su laboratorio de Madrid y concluyó que no había restos de veneno, tal y como reflejó entonces en su informe: "Las pruebas realizadas mediante técnicas de infrarrojos, cromatografía de gases de alta presión, espectrometría de masas, cromatografía de líquido y otras técnicas han dado negativo".

Los vecinos de Jardines de Foncalada insisten en que no tiene nada en contra de los perros, pero que el corazón de la ciudad, a escasos metros de los edificios, no es el lugar más adecuado para un parque canino.

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