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Concejal de Ciudadanos

Irresponsables

Sobre la posición del gobierno local ante la herencia del PP

Las actas de sesiones de las comisiones informativas llevan camino de convertirse en la caja negra de este accidentado gobierno de Oviedo. En Ciudadanos tenemos la costumbre de presentarnos a esas reuniones con preguntas responsables e incómodas, y hoy nos toca ser fedatarios de dos respuestas recibidas que podrían resumirse con el título de estas líneas.

La primera, hace ocho meses. El concejal de Economía aseguró que "si tenemos que asumir la deuda de los palacios (Calatrava, Vasco y 'Villa Magdalena'), tendremos que cerrar el Ayuntamiento". Un alarde juvenil, pancartero, como toda respuesta a nuestra propuesta de elaborar un plan de contingencia para prevenir que los pufos de PP, responsable políticos del expolio, pudiesen poner en jaque económico al concejo.

Se marcaron un farol y huyeron hacia delante, negándose a un enroque defensivo, como hacen los malos jugadores para encubrir su incapacidad para gestionar las partidas. Y ahora rumian ocurrencias contables en la prensa para intentar salir del paso.

Poco después, de nuevo a preguntas de Ciudadanos, en su esfuerzo por prevenir las consecuencias de los desmanes palaciegos del PP, llegó la segunda respuesta. Tan prepotente como la anterior, pero aún más clara: "Si me están preguntando si vamos a presupuestar algo para el año que viene (por el actual), la respuesta es no". La responsabilidad no podía estropear el discurso propagandístico de su supuesto presupuesto del cambio.

A estas alturas me entran dudas de si el tripartito procede con irresponsabilidad de forma deliberada; si prefieren que las bombas judiciales de la herencia recibida estallen en las narices de todos los ovetenses con tal de generar cortinas mediáticas capaces de tapar su incapacidad para gobernar la ciudad. En realidad es la misma estrategia que aplicó el gobierno de la nación en la última legislatura. El viejo comunista tenía razón en algo: la historia siempre se repite, primero como tragedia y después como farsa.

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