Las fiestas del Campillín comenzaron ayer por la tarde con algo de retraso porque alguien había robado el chupinazo la noche anterior de un portal. Al final, los organizadores de este evento, que la Asociación de Amigos del Campillín recuperó después de veinte años, logró conseguir un volador. El robo coincidió con otro realizado la misma noche en un establecimiento hostelero cercano, bar Casa Chus, un bar clásico del barrio de Santo Domingo.

El esperado chupinazo mantuvo en vilo a los organizadores de la fiesta y a los asistentes, hasta el extremo de que el presidente del colectivo, Marco Antonio Álvarez, anunció desde el escenario de la orquesta que se suspendía. "¡No, no; que conseguí uno!", anunciaba otro de los organizadores casi con la lengua fuera después de una larga y rápida caminata.

Al final el encargado de lanzarlo, el concejal de Festejos, Roberto Sánchez Ramos, "Rivi", prendió la mecha con un cigarro, tras el pregón que pronunció el abogado Iván de Santiago. Ambos son vecinos del barrio. Minutos antes la Banda de Gaitas "Ciudad de Oviedo" amenizaba la espera en el interior de la carpa, mientras caían las primeras gotas de lluvia. Al final todo quedó en una anécdota para los anales de las fiestas ovetenses.

Para el día de hoy, y si el tiempo lo permite, los más pequeños tendrán hinchables y distintos talleres que incluyen uno de lanzado de peonza. Durante todo el día se celebrará el I Torneo de basket 3x3, y por la noche, verbena en la carpa.

Mañana, a las 11 horas, comenzará el reparto del bollo, y al mediodía habrá comida de hermandad amenizada con folclore.