"Es un experimento. Nunca hemos hecho algo así. Nos lo propuso Vaudí, que está como una cabra, igual que nosotros. Por eso sabía que la respuesta iba a ser sí", explica el cómico salmantino Héctor de Miguel Martín "Quequé", que presenta hoy, a las 21.30, en la sala Sir Laurens de Oviedo el primer "Humor Music Fest", que se podrá ver mañana también en Gijón. Una fusión de humor y música en la que comparte protagonismo con el humorista "Ignatius", el grupo "Vaudí Groove Brasil" y la banda avilesina "Pinflois". "Queremos que el público se lo pase bien, que les dé ganas de continuar la fiesta y fuerzas para afrontar lo que queda hasta las elecciones con alegría, que va a ser duro", afirma.

-¿Qué es esto del "Humor Music Festival"?

-Una excusa para juntarnos, pasárnoslo bien y hacérselo pasar bien al público con la música y el humor. Una buena forma, no de olvidar todo lo que está pasando en España, porque es imposible, pero sí de desconectar y disfrutar.

-¿Han hecho guión?

-No tenemos nada marcado, gran parte de lo que haremos Ignatius y yo será improvisación. Daremos paso a las actuaciones, tendremos ratos en solitario, pero casi todo el tiempo estaremos los dos y nos dejaremos llevar. Es lo que nos gusta hacer siempre, plantear juegos de improvisación al público. Cuando eres monologuista el 80% de lo que haces es siempre lo mismo. Por eso en salas y cosas como esta disfrutamos un montón, es todo mucho más anárquico.

-Pero, seguro que hay temas que no fallan, como la política.

-Evidentemente, algo habrá de política. Sobre todo de UPyD, somos mucho de UPyD (risas. De la selección española no creo que hablemos mucho. Están saliendo informaciones estos días que mejor no remover mucho, ¿no?

-Ha estado muchas veces en Asturias, ¿se siente cómodo con el público de la región?

-Asturias es el paraíso de los cómicos, además de una tierra que nos encanta. El público está muy predispuesto siempre a la comedia. Fue una de las primeras regiones en tener la televisión por cable y por lo tanto en ver la "Paramount Comedy". Eso creó una afición muy bonita. Cuando el resto del país empezaba a conocer a los cómicos, en Asturias muchos de ellos ya eran ídolos. Es de los mejores sitios para ir porque el público ha visto muchísima comedia y eso lo hace bastante exigente.

-¿Qué opina de la etiqueta "humor inteligente"?

-Que es una tontería porque todo el humor es inteligente. Hasta el chiste más soez lo es. Luego está la corriente de monólogos con una carga de reivindicación que me parece bien. Es la forma de reírnos de lo más sagrado, y en este país lo necesitamos, incluso falta dar un paso más. No puede parecernos mal que una marioneta salga en un escenario diciendo algo, tenemos que saber que es ficción. Hasta un niño sabe diferenciarlo.

-¿Ha contribuido el escenario político y la crisis social al auge de la comedia?

-Un poco sí. Nos han hecho abrir los ojos y ver que está todo podrido. Y eso, si lo cuentas de una forma divertida, es un filón. La gente se va a sentir muy identificada porque nos están robando a todos. No hablar de eso hoy es un escándalo. Pero la comedia está un muy buen momento por el surgimiento de muchas salas, por el auge de un publico ávido de humor en canales que no son los convencionales.