"Si haces algo bueno estarás orgulloso de ti, en cambio, si te lo dan todo hecho, aunque resulte bueno, no tiene el mismo mérito". Con esta frase arrancó ayer el estreno de las óperas "Peluso" y "Hormigas", unos títulos que aunque no resulten familiares al respetable, son dignos de representarse en los mejores teatros del mundo. Su valor reside en que toda la obra (textos, música, iluminación, interpretación, producción e incluso marketing) es obra de niños de 11 y 12 años. Estudian 6º de Primaria en el colegio Baudilio Arce y están a punto de graduarse. Llevan todo el curso montando el espectáculo y ensayando en el marco del proyecto LOVA (la ópera como vehículo de aprendizaje). Ayer, por fin, llegó el gran día del estreno. Los pequeños no defraudaron.

Las luces que iluminan el escenario están hechas con botes reciclados de cacao. De su control, durante la representación de la primera ópera, se encarga Daniel Martín, sentado frente al escenario con un guión para saber cuándo toca encender o apagar las luces. A su lado se sienta Diego Abella, documentalista del equipo, responsable de las proyecciones que acompañan la escena. Los músicos, con órgano, xilófono y percusión, se sitúan a un lado del escenario. Cuando se sube el telón, los actores salen a la escena. La obra, tiene contenido pedagógico y moraleja. "Peluso" habla de la competitividad a través de la historia de una madre que no solo exige a su hija que saque buenas notas, sino que sean tan buenas como las de su compañera Pepita, que saca dieces. Su madre le prohibe salir a patinar, su gran afición, y a pesar de que el esfuerzo de la niña le lleva a sacar nueves, a la madre no le parece suficiente. Gracias al loro de la casa, que repite los pensamientos en voz alta de la chiquilla en forma de canción, la madre entra en razón y apoya a su hija. "Peluso" tiene un final feliz.

La obra se representó ayer para los padres de los alumnos, que asistieron después a la función de la ópera "Hormigas", una producción de los alumnos del otro grupo de 6º del colegio Baudilio Arce. "Cuando se trabaja en equipo hay que tener en cuenta la coordinación, disciplina y responsabilidad", explican los niños del proyecto LOVA. "Esta ópera nos ocupó dos cursos, primero nos conocimos mejor haciendo una serie de retos y juegos, después comenzamos a pensar las primeras ideas, y posteriormente, comenzamos a crear el libreto, la música, el logotipo, hasta culminar en los ensayos", resumen. Ayer fue el turno de los padres de los alumnos y hoy los artistas de 6º se volverán a subir al escenario para representar la obra, en dos pases (a las diez y a las doce) para sus compañeros de colegio. Dedican el proyecto a sus maestros, de los que han aprendido mucho en su época en el colegio y a quienes echarán de menos en su nueva etapa en el instituto.