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Al Final De La Semana

La semana eléctrica del Alcalde

Wenceslao López acelera en el arranque de la campaña nacional, enfada a Izquierda Unida por sus ataques y deja a Somos indiferente

La semana eléctrica del Alcalde

Con bastante más ánimo que cuando se jugó los votos hace un año en las municipales, Wenceslao López se ha subido a la campaña electoral con el entusiasmo de un meritorio. Rema el alcalde de Oviedo en la misma dirección que todo el PSOE -la lucha contra el tsunami de Podemos- aunque a él le suponga malas caras y reproches velados porque, al fin y al cabo, fueron ellos quienes le auparon a la Alcaldía como mal menor para sacar de allí al PP. Y ya que está, trata de poner firme a IU y les afea que critiquen a un gobierno municipal del que forman parte. Al partido de Roberto Sánchez Ramos le dice algo así como que no sabe estar en el poder - "siguen teniendo los hábitos de la oposición"- y a los de Somos les señala su "ansiedad mediática". En cada casa lo encajan a su manera. Enfado en IU, pero silencioso y de consumo interno, y una mezcla de estupor e indiferencia en Somos. Por un lado, los podemistas ovetenses asumen que esto es cosa de la campaña electoral, pero por otro, alucinan cuando ven coger carrerilla contra ellos al hombre que pusieron al frente de la ciudad.

Fiesta de aniversario

Fueron los socialistas de Oviedo los únicos que montaron acto en el primer aniversario de la constitución del tripartito. Fue el lunes pasado, en vísperas del paso de Pedro Sánchez por Oviedo. En Pumarín, en el mitin de la AMSO, Wenceslao López despachó el discurso más duro de su año de mandato, sabiendo que dos días después tendría que ser discreto pues con el líder nacional, con el presidente asturiano, Javier Fernández, y con la número uno por Asturias al Congreso, Adriana Lastra, debería ceder el protagonismo. Despachado el "viaje" al PP y a Agustín Iglesias Caunedo, esperado después de los reveses del Calatrava y de "Villa Magdalena" (la justicia obliga a Oviedo a pagar 55 millones por ambas operaciones urbanísticas), el Alcalde desenfundó contra sus socios ante la militancia socialista de la ciudad. Ya en La Corredoria y con Sánchez de estrella invitada, Wenceslao López fue testigo del huracán socialista contra Podemos. El alcalde de Oviedo quiso taparse y le vino bien abrir el turno en las intervenciones. Ni mencionó a los podemistas del Ayuntamiento y sólo avisó de que el partido de Pablo Iglesias perdió una gran oportunidad en España. El "no pasarán" de Javier Fernández y Adriana Lastra llegó al fondo del orgullo podemista. En algún rincón de la organización de Somos en Oviedo se les salían los ojos de las órbitas al ver el furibundo ataque cuando tenían al lado a un hombre al que ellos (los de Podemos en la capital) habían hecho alcalde. Más o menos, disculpan por el contexto electoral el castigo de López al inicio de la semana, pero no lo que pasó un par de días después en La Corredoria con los líderes regionales crecidos ante Pedro Sánchez.

Oxígeno para los socios

Quince días después de que Wenceslao López dijera en una entrevista en este periódico que los roces en el tripartito eran ya "un poco cansinos", fue él quien prendió la mecha, especialmente contra IU. En la coalición creen que el Alcalde intentó hacer crecer su liderazgo a costa de golpearles a ellos. "Que lo haga si quiere, pero que no se meta con sus socios. Hay que saber dar oxígeno a los socios en un gobierno", susurran en los despachos municipales de IU. Creen que López les ha tomado ojeriza por la oposición que hacen a la ordenanza del "botellón" y por el choque sindical que han tenido por causa de los trabajadores de la antigua concesionaria del Asturcón, en la calle al resolverse el contrato municipal.

Sin inversiones

Pasan los meses y las inversiones que debían hacerse a cargo del remanente del año anterior no acaban de arrancar. Con más de medio curso consumido, hay socios del gobierno que intuyen que ya no habrá inversiones. La sospecha es que en los despachos de mando del Ayuntamiento están a la espera de conocer el impacto exacto de la sentencia de "Villa Magdalena" (el TSJA debe fijar la valoración del palacete y su finca). En un mundo ideal es por estas fechas cuando empieza a gestarse el presupuesto del año siguiente. Es la hora de recopilar informes de los técnicos y de avanzar con el trabajo más árido. En Oviedo apenas han pasado tres meses desde que entraron en vigor las cuentas. Difícil creer que alguien piense en las próximas.

Rosón, un hombre nuevo

El concejal de Economía de Oviedo es otra persona. Rubén Rosón ha experimentado en los últimos dos meses una llamativa transformación. Dicen algunos políticos, de grupos rivales, que se le ve más asentado, sin necesidad de montar un escándalo a cada esquina. Otros le intuyen madera de político y a él, pese a su profesión de médico, le está gustando la experiencia municipal. Ha pasado de enarbolar un espíritu antisistema a ser uno de los más discretos. Él mismo ha descubierto su talante. La confluencia entre IU y Podemos ha hecho que a Rosón le toque tratar con Iván Álvarez, que fue quien, no hace tanto, agitó el árbol y pidió al alcalde la cabeza del propio Rosón. Ahora despachan en relativa armonía. Lo que vaya a pasar dentro de un mes es otra historia.

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