El rastrillo solidario de los Carmelitas abrió ayer sus puertas en el vestíbulo de la iglesia parroquial y no las cerrará hasta el próximo martes. Su objetivo no es otro que recaudar fondos para las Misiones de Carmelitas, especialmente a las que están en macha en Ecuador y Costa de Marfil.

"Estamos muy agradecidas de la gente porque todos los años responden a nuestra llamada solidaria", explicó ayer Marisa Calleja, una de las entusiastas organizadoras de este rastrillo, que comenzó su andadura hace una decena de años.

"Pero la generosidad no sólo se nota a la hora de comprar, sino que son muchas personas y también comercios que nos dan todo tipo de objetos nuevos para que los vendamos", puntualizó Marisa Calleja, al tiempo que afirmaba que todo esto "nos da fuerzas para seguir trabajando". Un rastrillo en el que se puede encontrar desde dulcería de calidad hasta ropa de bebés, pasando por libros y abalorios, entre otras cosas.