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Jorge Otero | Músico, líder del grupo "Stormy Mondays"

"Crecí en la calle Hermanos Pidal, cuando aquello era casi el extrarradio"

"Fui buen estudiante, pero me dormía en las clases; tenía claro a lo que quería dedicarme; no me arrepiento de haber dejado la carrera"

Jorge Otero. irma collín

Jorge Otero Fernández del Castillo, (Oviedo 28 de mayo de 1975), lleva la música en sus genes desde que nació en la ciudad de la que nunca se ha separado, ni siquiera para intentar probar suerte en territorios más propicios a la actividad que desarrolla y que compagina con otras. Otero, líder de los "Stormy Mondays", creció en la calle Hermanos Pidal cuando los prados aún se extendían por buena parte de Llamaquique y las barracas de San Mateo se instalaban en los terrenos que hoy ocupa un centro comercial.

Infancia en Hermanos Pidal, entre solares vacíos. "Me crie en la calle Hermanos Pidal, rodeada de solares aún por construir. Cuando yo era muy pequeño aquello era el extrarradio. El Centro Cívico no existía y los niños jugábamos por todos aquellos prados. Me acuerdo perfectamente de que se cruzaba caminando a través del prado que luego se valló hasta la construcción del centro. No me moví del barrio ni para ir al colegio. Mis padres me mandaron al École, que estaba en dos pequeños chalés que había en la Plaza de la Paz. Cuando el colegio se trasladó a Llanera me tocó ir en autobús y eso ya no me gustaba tanto. Fue todo un trauma para un niño acostumbrado a ir andando al colegio y comer en casa, todo un privilegio".

Siempre atraído por la música. "Me gustaban todas las asignaturas y ninguna en particular. Pasaba mucho sueño en clase. En las horas de la tarde me dormía. Quería dedicarme a la música pero no me atraía demasiado ir al conservatorio ni decantarme por enseñanzas regladas, eso a lo que en España somos tan aficionados. Cuando terminé el colegio estudié un par de años de Derecho. La cosa no me convencía. Me matriculé en Filología Inglesa y no terminé porque de aquella empecé a tener mucha actividad con mi grupo, "Stormy Mondays". No podía perder esa oportunidad. No me arrepentí de haber optado por la música. Además, aún estoy a tiempo de terminar la carrera".

Un grupo de folk-rock inspirado en Asturias. "Tocamos folk-rock. Inspirados por la lluvia y las montañas de Asturias, hemos encontrado un sonido propio, clásico y moderno a la vez: una original mezcla de soul, rock británico de los '60 y folk asturiano. Tenemos 14 discos. Cantamos en inglés, castellano y asturiano. Trabajamos de forma totalmente independiente, fuera del negocio de las discográficas, editando nuestros propios discos, organizando nuestros conciertos y programando nuestra web. Nuestra mejor carta de presentación son nuestros conciertos, con más de 20 instrumentos en escena. El nombre del grupo surgió en 1991 cuando empecé a tocar con Fernando Marín, amigo del colegio. Es de una película de Sting que no he visto, a su vez de un blues de 1949. De aquella escuchábamos a los Rolling y como ellos también sacaron su nombre de un blues no quisimos ser menos".

Aquellos primeros conciertos con electricidad prestada. "Las cosas han cambiado mucho desde nuestros inicios en los años noventa. En Navidad nos dejaban tocar con electricidad prestada de los puestos del Campo de San Francisco . Algunos bares que nunca programaban conciertos también nos hacían hueco, todo un paraíso comparado con la situación actual de prohibición de música en directo en los bares, que aún sigue bloqueada por un enfrentamiento entre políticos y técnicos. Me imagino que se arreglará".

San Mateo, evolución a peor. "Inauguré San Mateo el pasado lunes para ir a ver a Jackson Browne. Me pareció espectacular y creo que a la gente le enganchó y eso que había que luchar contra el ruido de los chiringuitos y los horarios un tanto absurdos. Jackson empezó a las 11:30 y aun faltaba otro grupo por tocar, eso un lunes no tiene pies ni cabeza. El cambio que todo el mundo esperaba en las fiestas no se ha visto mas que a peor. Los chiringuitos son una cosa extraña. Están mal pero nadie sabe que hacer con ellos. Habría que eliminar las conexiones con los partidos políticos. También recuerdo cuando empezábamos a actuar que íbamos al Pinón Folixa y soñábamos con tocar allí, cosa que hicimos. El ambiente de conciertos lo recuerdo mejor. El espacio del antiguo Tartiere (aunque para mi siempre será el Tartiere) podía haber dado mas de si. El Calatrava no encaja en esa zona."

La música y otras actividades. "Trabajo en cosas relacionadas con música e informática. No se puede vivir de la música ni en Oviedo ni en España, salvo un puñado de elegidos. Aunque nunca se sabe lo que nos depara el futuro. Nadie se imaginaba hace años que la música popular llenase estadios. Ahora hay mas conciertos que nunca. Tal vez falta interés del público por cosas nuevas. Me da envidia ese halo de cultura y elitismo que rodea a la música clásica. Cuando alguien va a un concierto tiene la impresión de que hace algo de provecho. Eso, por desgracia, no pasa con el rock".

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