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Una tradición que "se mantiene viva"

Arriba, Carlos Ortiz muestra algunas de las construcciones. En la imagen inferior, Gely Rodríguez con las piezas de su pesebre. irma collín

"La tradición del belén se mantiene viva", asegura Carlos Ortiz, miembro de la junta directiva de la Asociación Belenista de Oviedo y uno de los monitores del curso. Afirma que cada Navidad, con cada nuevo nacimiento, supone un reto personal y que hay algo milagroso en sacar de un humilde trozo de poliespán toda una colección de escenarios bíblicos.

En los cursos de la Asociación Belenista, gratuitos y abiertos a todo el mundo, se revelan algunos de esos misterios, y lo complicado parece simple. Celestino Cuervo golpea con un cepillo de alambre un trozo de aquel material y lo convierte en piedra. Le da el aspecto poroso de los sillares con los que se construyen los muros de los edificios en los que se recrearán los pasajes de la infancia de Jesús. "Hay que darle así, ni más fuerte ni menos", dice, pasando por el cepillo una pieza tras otra.

Hay muchos otros rudimentos que aprender para conseguir que el belén adquiera un aspecto realista. Los monitores del curso muestran cómo dar el acabado de la madera a las piezas o qué revestimientos plásticos utilizar para imitar la carga de cal en las paredes.

Son los mismos recursos de los que se valen para montar el belén emblemático de la ciudad que desde el año pasado se exhibe en la plaza de Trascorrales. Su preparación comienza en el mes de febrero, con los diseños, y a estas alturas ya se trabaja en él a marchas forzadas. El esfuerzo y el tiempo empleado merecen la pena. "La satisfacción es que la gente lo vea y lo disfrute", comenta Ortiz junto a sus dos compañeras de la asociación, Pilar Fernández y Gema Vitos. Las pasadas Navidades lo visitaron 78.000 personas, indican.

Su consejo para quienes quieren iniciarse en el belenismo es "empezar por lo más básico". "Lo primero, hacerse con el misterio, la Virgen, San José y el Niño", señala Vitos, y luego ir incorporando a los Reyes Magos y tantos personajes y escenas como se quiera, "pasito a pasito". La adquisición de las figuras no es barata, sobre todo si se busca cierta calidad. Algunas de las figuras que guarda la Asociación Belenista superan los 3.000 euros y difícilmente puede encontrarse en el mercado una buena pieza por menos de 100 euros.

En el taller de los belenistas de Oviedo hay quien viene de lejos, de Gijón, como Pilar Fernández, o de Lugones, como Gely Rodríguez. Ella es la responsable de montar el belén en esa localidad desde hace años. "Siempre hay algo nuevo que aprender, hay nuevos materiales que te simplifican el trabajo", comenta.

"Si no hay belén en casa no hay Navidad", subraya Rosa María Malgor. Acude al curso con su hija, Ana Gómez. "Mi abuelo era belenista y nos lo inculcó", refiere. A pesar de la larga tradición familiar, ella es de las que se sorprende con todo lo que puede lograrse con un trozo de plástico y un poco de habilidad. En su hogar, a pesar de que el espacio no sobra, siempre se le hace sitio al belén.

Leocadia González confiesa que una de sus aficiones es visitar los nacimientos, y Jesús Manuel García disfruta con las manualidades. Lo que todos tienen en común es su pasión por los belenes y por la Navidad.

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