Tudela Veguín volvió a recordar ayer a Tino Casal, su vecino más ilustre, uno de los cantantes más reconocidos del panorama musical asturiano y español. Tino ya no está, hace 25 años que se fue en aquel maldito accidente en Madrid, pero estos días parece como si estuviera otra vez, como si paseara de nuevo por una localidad que le sigue idolatrando, que sigue cantándole como hacía él. Ayer, en el segundo día del homenaje que le ha organizado sus paisanos y el gobierno local, decenas de vecinos y fans del artista se concentraron en el parque José Fermín Palacio para asistir al concierto que le dedicó la banda de música "Ciudad de Oviedo", que interpretó dos de sus temas más famosos: "Eloise" y "Embrujada".

Fueron sólo dos canciones suyas porque, explicó el director de la banda, Francisco Vigil, "es difícil encontrar arreglos de Tino Casal". Pero fueron dos canciones que emocionaron al final de un recital de alrededor de una hora de duración, temas que convirtieron a la localidad en un sentido canto al artista.

Una hora antes de la actuación se celebró una misa en memoria del artista en la que participó el coro Santiaguín en la iglesia parroquial San Julián de Box. En el homenaje participaron vecinos y fans, pero también familiares del artista, que han presidido estos días de homenaje, y que vienen precedidos de la noche que la SOF le dedicó en las fiestas de San Mateo, con recitales de Loquillo y "Los Secretos".

Ayer en Tudela Veguín creció el mito de Tino Casal, que pronto tendrá oficialmente la distinción de Hijo Predilecto de Oviedo y que, quién sabe, podrá tener en la ciudad una estatua y un museo con sus obras, como reclaman en su localidad natal.

"En Asturias ha sido uno de los mayores referentes de la música. No se puede olvidar a gente así porque fue una gran revelación que siempre tiene que estar presente", señaló Vigil. A través de sus ritmos, Tino estuvo presente ayer para emocionar, otra vez, a su gente.