"En las primeras horas de la madrugada de hoy, la plaza de la Catedral fue escenario de un insólito espectáculo: parte de una acera, del asfalto de una calle y de la totalidad de la caja y de la puerta trasera de una furgoneta estaban plagadas de caracoles. En principio se pensó que habían llegado hasta allí para participar en una singular y sorprendente competición de marcha lenta. Pero los pobres bichos tienen otro destino: el consumo de los «gourmets» de Madrid. Se habían escapado de una furgoneta que estaba aparcada".