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JOSÉ ANTONIO GULLÓN BLANCO | Neumólogo

"Aún es pronto para que las restricciones al tabaco se noten en las cifras de EPOC"

"Todo fumador con síntomas respiratorios continuos debe realizar una espirometría"

José Antonio Gullón Blanco, ayer, en La Felguera. FERNANDO GEIJO

Hoy se celebra el Día Mundial de la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC). Con este motivo, la Sociedad Asturiana de Patología Respiratoria instalará una mesa informativa en el Auditorio Príncipe Felipe de Oviedo de 16.30 a 19.30 horas en la que varios especialistas informarán sobre esta enfermedad y se realizarán espirometrías a los pacientes que lo deseen. El coordinador de esta actividad es José Antonio Gullón Blanco, neumólogo del Hospital San Agustín de Avilés y vocal de la citada sociedad médica, quien expone en las líneas que siguen las características de la EPOC y las principales novedades en los tratamientos.

-¿En qué consiste la EPOC?

-La EPOC es una enfermedad que se caracteriza por una obstrucción crónica de los bronquios, progresiva y escasamente reversible, ocasionada fundamentalmente por el humo del tabaco, que es el responsable de más del 85 por ciento de los casos. Su síntoma fundamental es la dificultad respiratoria en relación con el esfuerzo.

-¿Cuál es su prevalencia?

-Según un estudio epidemiológico realizado en nuestro país recientemente, la EPOC afecta a aproximadamente al 9,1 por ciento de la población comprendida entre 40 y 80 años de edad. Aunque la enfermedad es más frecuente en varones, con una relación de cuatro a uno, en los últimos años esta distancia está viéndose recortada, debido al consumo creciente de tabaco entre las mujeres. En el citado estudio, Asturias mostraba una tasa del 17 por ciento, lo que significaría que 60.000 asturianos padecen la enfermedad (48.000 hombres y 12.000 mujeres).

-¿Cómo han evolucionado los medios diagnósticos?

-La enfermedad se diagnostica por medio de una espirometría, que nos permite medir la capacidad respiratoria. Consiste en soplar por la boca a través un pequeño tubo y forzar la respiración para medir el flujo aéreo. No se han desarrollado otros métodos que nos permitan conocer de manera tan precisa si una persona padece la enfermedad, aunque en un futuro la evolución en las técnicas de imagen probablemente sirvan de ayuda y complemento.

-¿Y los tratamientos?

-El pilar fundamental del tratamiento farmacológico son los medicamentos broncodilatadores inhalados, y los últimos años se han desarrollado fármacos más potentes, que nos permiten administrarlos menos veces al día, y con dispositivos de inhalación más sencillos que facilitan el cumplimiento del tratamiento. En los casos más avanzados puede ser necesario el oxígeno domiciliario y para caminar, la rehabilitación respiratoria y, en ocasiones, el trasplante pulmonar. Todas estas medidas deben complementarse con otra al alcance de todos y que no ha variado: el ejercicio físico moderado, que en el caso de estos enfermos consiste, si sus circunstancias personales lo permiten, en caminar media hora durante al menos cinco días por semana.

-¿Existe una buena coordinación entre atención primaria y especializada a la hora de atender a los pacientes?

-Aunque existen diversos protocolos para coordinar la atención del paciente entre los niveles asistenciales, es un aspecto que debería mejorarse. Atención primaria debería encargarse de la detección precoz, del seguimiento y tratamiento de los casos leves y de remitir a atención especializada aquellos de mayor gravedad y que requieran tratamientos más complejos o especializados.

-¿Se perciben cambios en la enfermedad desde la entrada en vigor de las restricciones al consumo de tabaco?

-Todavía no, es demasiado pronto. Los cambios derivados del cese del consumo de tabaco probablemente se apreciarán a medio plazo.

-¿Qué medidas preventivas se muestran más eficaces?

-Parece lógico que la más eficaz sea evitar el agente tóxico que ocasiona la enfermedad, es decir, no fumar. En aquéllos que lo hacen es necesario realizar consejo médico antitabaco y facilitar apoyo conductual o farmacológico a los que quieran dejar el tabaco y no puedan hacerlo sin ayuda. El cese del consumo de tabaco es la medida más efectiva para modificar el curso natural de la enfermedad. También es relevante intentar diagnosticar la enfermedad en etapas tempranas con el fin de instaurar tratamiento e intentar ralentizar la evolución de la enfermedad. Por ello todo paciente fumador con síntomas respiratorios continuos, como pueden ser tos o dificultad respiratoria, debería realizar una espirometría.

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