Los múltiples cauces de comunicación surgidos en los últimos tiempos, con internet a la cabeza, han facilitado el acceso al saber, y esta democratización del conocimiento debe ser celebrada. Sin embargo, para que la fiesta sea completa, la expansión del uso de estas herramientas debe ir de la mano -particularmente en el caso de la difusión de contenidos científicos e informativos- de un mayor autocontrol por parte de los emisores, y de un empeño de los receptores en el cribaje de contenidos que prime el rigor y la profesionalidad y margine la banalidad y los intereses espurios.

Ésta es una de las principales reflexiones que ayer destacaron los participantes en el debate "Ciencia y sociedad, ¿somos un país con conocimiento científico?", celebrado en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA. El coloquio se enmarca en el programa "Controversias científicas", organizado por el Instituto Nacional del Carbón (INCAR-CSIC), la Universidad de Oviedo y este periódico. La de ayer fue la cuarta de las cinco sesiones de las que consta el proyecto. La quinta y última se desarrollará el próximo miércoles, día 30, en el Aula Magna del Edificio Histórico de la Universidad, con la participación, entre otros, del Rector, Santiago García Granda, en la mesa redonda titulada "Política científica, ¿hacia dónde vamos?".

"El debate sobre la ciencia afecta a toda la sociedad", subrayó en la introducción del coloquio la moderadora Isabel Ruiz de la Peña González, profesora titular de Historia del Arte y Musicología y directora del Área de Difusión y Promoción de la Investigación del Vicerrectorado de Investigación de la Universidad de Oviedo.

Los primeros compases de la mesa redonda se centraron en la pregunta que titulaba el acto: ¿Es España un país con conocimiento científico? En las intervenciones de los ponentes predominó la idea de que el panorama "ha mejorado mucho", pero aún queda un amplio camino por recorrer. "Fallan muchos conocimientos de base", señaló Ángeles Rivero, directora de LA NUEVA ESPAÑA, quien apostó por una "visión amplia" de la ciencia y citó el empleo de un "método riguroso" como criterio para establecer una línea de separación entre lo que es ciencia y lo que no lo es.

Felipe Fernández García, catedrático de Geografía de la Universidad de Oviedo y director del Observatorio del Territorio, coincidió en abogar por "una visión integradora de las ciencias y las humanidades", en una perspectiva en la que "no debe primar el utilitarismo".

Sergio Calleja, responsable del servicio de Neurología del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), subrayó que el concepto que abarca a los diversos ámbitos del saber es "pensamiento científico", una actitud "escrutadora y escéptica que puede ser aplicada a cualquier esfera de la vida".

"Hay un informe reciente según el cual la sociedad española otorga más validez a la homeopatía que a la economía o a la historia", aseveró Teresa Valdés-Solís Iglesias, investigadora del INCAR-CSIC y presidenta de la Asociación de Divulgación Científica de Asturias. "Este dato indica que tenemos mucho trabajo por hacer", agregó.

Ángeles Rivero incidió en que "la forma de adquirir conocimiento está mutando muy rápidamente". "Ahora, cualquier persona puede convertirse en un emisor de contenidos, con las ventajas e inconvenientes que ello ocasiona", precisó. En esta línea, abogó por "discernir entre todo lo que se nos ofrece", con una especial atención "a todo aquello que pretende manipular nuestra percepción de la realidad". "En los medios de comunicación tradicionales, las cosas están más reguladas y, ante una información no veraz o dañina, el afectado tiene instrumentos para hacer valer sus derechos", argumentó.

Nativos digitales

En esta tarea de separar el grano de la paja, Teresa Valdés-Solís enfatizó que "es parte de nuestra responsabilidad intentar que los contenidos de internet sean correctos y de fácil acceso, y aporten una información veraz". Sergio Calleja se definió como "un fan de internet", pero reclamó que la red "se dote de autocontrol". En el ámbito médico, prosiguió, "existen unos sellos de calidad que avalan los contenidos de determinados blogs". El neurólogo del HUCA hizo notar que "a los jóvenes, a los nativos digitales, les cuesta mucho ir a una lectura más profunda y sesuda".

Felipe Fernández hizo alusión a los trabajos de fin de grado que elaboran los estudiantes universitarios. "Con frecuencia, los alumnos citan como bibliografía un blog, o lo sitúan al mismo nivel que a un artículo científico y riguroso", afirmó el catedrático de Geografía.