Jacqueline Báez es el optimismo personificado. Hace 25 años llegó a Asturias de su República Dominicana natal para trabajar y ahorrar dinero para montar su propia peluquería en su país, pero la idea fue efímera, tal vez porque le esperaba un proyecto de vida mejor. Se enamoró de José Luis, se casó y formó una estupenda familia en Oviedo, donde nacieron las hijas de ambos: Carolina, que hoy tiene 20 años y estudia cuarto de carrera de Administración y Dirección de Empresas, y Lourdes, de 14, que está en tercero de la ESO. Así lo recuerda su madre con mucho orgullo.
Mujer muy trabajadora, no sabe estar parada y le saca jugo a cada minuto de su vida. "Yo siempre he trabajado en cuanto me iba saliendo. Desde trabajar en peluquería los fines de semana, a repartidora de prensa, inclusive también de desayunos, y también en el mundo del transporte, y lo he combinado todo para atender también a mis hijas y la casa. Nunca las llevé a una guardería. La verdad es que soy una persona muy ordenada, me gusta tener la casa a punto sin ser maniática, pero también me gusta echar una mano a mi marido y, si puedo, le acompaño en algún viaje", señala con una sonrisa mientras se dispone a freír la carne picada de su plato de hoy: "pastelón de papas", propio de su país y que, en su opinión, "es muy sabroso y sencillo de hacer". "Gusta a todo el mundo y es una receta fácil que la haces en un momento cuando, por ejemplo, te llegan unos amigos a comer a casa. Quedarás muy bien porque está riquísimo", matiza.
Jacqueline también tiene presente a su madre en este reportaje. "El mandil me lo regaló ella. Espero que le guste verme con él en el periódico", dice riendo esta mujer con muy buena mano para la cocina. Sus hijas la animan a presentarse a Masterchef, pero no las tiene todas consigo.
"Se me dan muy bien los potajes y conozco bien la cocina tradicional asturiana. También hago platos de mi país porque, al igual que Asturias, la llevo en el corazón", señala Jacqueline, que aún encuentra tiempo para salir a correr junto a su marido, al menos una vez por semana. Bailar es algo que le encanta, también leer y hasta escribir, pues acaba de empezar, con mucha ilusión, su primera novela. También realiza velas artesanas en diferentes formas y colores, alguna con un curioso sistema de iluminación con mando a distancia.
Le gusta mucho recorrer Asturias junto a su familia, "ir de pueblos" y hacer rutas. "Uno de mis concejos favoritos es Llanes, y también Ribadesella. Mi suegro tiene un prao y allí organizamos comidas, tomamos sidra, lo pasamos de cine", afirma. En cuanto a Oviedo, le gusta ir los domingos al Fontán. "Me trae muy buenos recuerdos porque nosotros nos casamos en la iglesia de San Isidoro. También me gusta el Campo San Francisco y, por supuesto, ¡darme algún paseíto por las tiendas!", señala riendo.
