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De 7.000 vehículos diarios en la Catedral al reino del peatón

Los vecinos del Antiguo se oponían a la peatonalización de sus calles argumentando que sin coches nadie se acercaría hasta allí, que las calles quedarían vacías y que eso generaría más inseguridad ciudadana. Los comerciantes también pronosticaban lo peor para sus negocios. El plan de protección para la zona monumental fue la primera de las tres de las fases de la peatonalización. Empezó con el cierre de la plaza de la Catedral y de las calles Oscura, Mon y Santa Ana, el 2 de diciembre de 1991. Hasta ese momento, más de 7.000 automóviles circulaban por el templo y su entorno. La peatonalización no acabó allí: se extendió por toda la ciudad. Las fotografías de la izquierda muestran la situación anterior a la peatonalización; a la derecha, panorama actual.

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