El delegado de la Corriente Sindical de Izquierdas (CSI) en el cuerpo de Bomberos de Oviedo, Miguel Ángel Ordóñez Lorenzana, anunció ayer que el colectivo al que representa tiene previsto interponer una denuncia ante la Fiscalía del Principado de Asturias al considerar que en el edificio de Seguridad Ciudadana de Oviedo -en el cuartel del Rubín- se están "vendiendo y distribuyendo" bebidas alcohólicas, concretamente "palés de cajas de vino", con el beneplácito del jefe del Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento (SEIS), José Manuel Torres, y del concejal delegado del área de Seguridad Ciudadana, el socialista Ricardo Fernández.

La polémica viene de tiempo atrás. La CSI denuncia afirma que "desde hace unos doce años", con Agustín de Luis en la jefatura del servicio, se vienen distribuyendo entre los miembros de los cuerpos de bomberos, Policía Local y Guardia Civil botellas de vino "con el logo y emblema del SEIS de Oviedo, el recordatorio de la exclusividad de los destinatarios e incluso una foto de los profesionales durante una intervención". Según Miguel Ángel Ordóñez Lorenzana, esos hechos se volvieron a denunciar ante la actual equipo de gobierno del Ayuntamiento el pasado mes de febrero, pero "hemos obtenido la callada por respuesta".

"Nos parece un hecho gravísimo que un el propio concejal participe en la venta y en la distribución de ese vino", asegura el sindicalista después de haber escuchado a Ricardo Fernández reconocer que había comprado una caja de la bebida en el Rubín. "La Fiscalía tiene que tomar cartas en el asunto porque un funcionario, un concejal y unas instalaciones municipales no pueden estar al servicio interesado y con ánimo de lucro de unos pocos", asegura Ordóñez Lorenzana. Según sostiene, "estamos convencidos de que el vino no se trae de manera altruista para repartir dentro del servicio. Es una venta de un producto con un margen de beneficio que no se sabe dónde va a parar".

Ricardo Fernández no esconde que encargó una caja de vino -aunque aún no la ha pagado ni recogido- y no ve "ninguna situación ilícita" en ello. "Llevan haciéndolo muchos años como pasa en otras empresas entre compañeros. Compran unas cajas de vino con su propia etiqueta y las reparten entre ellos, pagan el precio justo que les ha costado y nada más. Buscarle otras vueltas al asunto parece más bien una fórmula para perseguir y tratar de dañar a algunas personas por parte de la CSI, una manera de hacer una cacería en la que no voy a participar". "No me da miedo que lo lleven a la Fiscalía porque considero que se lleva haciendo mucho tiempo y no tengo ninguna constancia de que nadie se lucre con ello. Es más, considero que todo se hace de buena fe", explica el edil.

Desde la CSI ya pidieron la dimisión del concejal a principios de este mes por "criminalizar" a todo el cuerpo de bomberos al emitir una circular para recordar a los agentes la prohibición de consumir alcohol durante sus horas de servicio. "Yo no criminalizo al cuerpo, la mayor parte de los trabajadores del cuerpo son ejemplares en sus labores y la circular no tiene nada que ver con esto, sólo es un recordatorio de las normas y nada más", dice el edil.