La sentencia que el neurocientífico Howard Gardner hizo sobre la naturaleza humana hace ocho meses, "Para ser un buen profesional hay ser buena persona", se pronunció ayer varias veces en el cuartel del Rubín durante un emotivo homenaje que compañeros del cuerpo de bomberos de Oviedo le rindieron a Eloy Palacio Alonso, el agente fallecido en el incendio de Uría 58 en acto de servicio. "Eloy era un hombre bondadoso que eligió formar parte del Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento del municipio para ayudar a los demás", dijo uno de sus amigos y colegas, Jesús Antonio Alonso, antes de descubrir una pintura y un monolito en su honor. Eloy perdió la vida el 7 de abril y Gardner, el padre de la teoría de las inteligencias múltiples, pronunció su conocida frase tres días después sin relación aparente.

Marta del Valle y sus hijos David y Luis -esposa e hijos del homenajeado- recibieron el apoyo de decenas de personas entre las que se encontraba Cándido Martín, "Candi" (técnico del SEIS que además pintó el retrato de Eloy); o el concejal de Seguridad Ciudadana, Ricardo Fernández. El edil presentó el acto como "el primer tributo fuera de protocolo que se le hace un compañero que lo dio todo por su ciudad un día en el que ni siquiera tenía la obligación de acudir al incendio" (a Eloy le tocaba descansar).

También hubo una mención para tres miembros del cuerpo de bomberos que fallecieron este año por enfermedad: Olegario Castaño, David Prendes y Jaime Pérez. "El 2016 ha sido un mal año para nosotros porque nos ha tocado afrontar situaciones dolorosas", comentó Fernández.

Las palabras de Jesús Antonio Alonso, conocido por la mayoría como Chus, conmovieron al público al hacer referencia a su amistad más allá de los muros del Rubín. "Tuve la suerte de compartir con él la afición por las motos. Hicimos viajes juntos y participamos en tertulias y sobremesas. Era un compañero entregado a la profesión, sencillo, humilde, prudente y tranquilo. Si era un buen profesional, aún era mejor persona. Por algo todos estábamos de acuerdo en que había que rendirle un homenaje". Además, no se olvidó de nombrar a Juan Carlos Fernández Granda, "Cuni", el bombero que resultó herido aquel 7 de abril al desmoronarse la estructura del número 58 de Uría tras el incendio.

Chus y "Candi" descubrieron entre aplausos y bajo la atenta mirada de su seres queridos el retrato y el monolito con la leyenda "A la memoria de Eloy Palacio Alonso". El hijo mayor del bombero, David, agradeció el reconocimiento en nombre de la familia mientras su madre, visiblemente emocionada, decía: "Gracias. Está muy bien. Es un recuerdo muy muy guapo".

La pintura y el monolito forman parte ya del interior del cuartel del Rubín, y están instalados en un lugar preferente a petición de sus compañeros de trabajo, como alma de los bomberos.

Eloy Palacio, de 55 años, formaba parte de los bomberos de Oviedo desde 1992, pero antes fue minero en el pozo Mosquitera (entre Siero y Langreo), donde trabajó como mecánico hasta el cierre de la instalación en 1989. Se preparó durante tres años para obtener plaza en el SEIS, compaginó su labor de bombero con la enseñanza de la natación a los alumnos del colegio de educación especial de Meres y era un apasionado del buceo, la pesca y el motociclismo. Vivía con su familia en Pola de Siero.