Beatriz Suárez acudió ayer a última hora de la mañana a la oficina de La Auxiliar de Recaudación, en el pasaje de Palacio Valdés, para tratar de abonar un pago fraccionado de la tasa de una terraza de un local de Oviedo. Como María del Mar Álvarez, que quería pagar el recibo del agua, y María Ángeles Fernández, que se le había pasado pagar el IBI, no pudo hacerlo. Al igual que todos los últimos días del año, La Auxiliar de Recaudación cierra la caja dos horas antes, a las doce, para ingresar el dinero al Ayuntamiento dentro del ejercicio anual. Pero ninguna de estas tres ciudadanas, las últimas usuarias del servicio privatizado, que ayer dejó de funcionar tras nueve años en la ciudad, podrá agilizar tampoco sus trámites en casa, a través de Internet.

El nuevo servicio municipal de Recaudación, que abrirá por primera vez su oficina en la calle Cimadevilla el próximo martes 3 de enero, en un horario provisional de nueve a dos de la tarde, no ofrecerá de momento ningún servicio de pago por Internet a los ciudadanos. Ni multas, ni impuestos. Aunque fuentes municipales indicaron que el domingo día 1 de enero ya funcionará una página de Recaudación a la que se accederá desde la web del municipal, www.oviedo.es, en realidad sólo contendrá información sobre el servicio y correos y teléfonos de contacto actualizados.

Las llamadas pasarelas de pago, el sistema por el que los ciudadanos podían abonar hasta ahora sus recibos a través de la web de La Auxiliar, no estará disponible todavía porque la empresa aún no ha entregado el software al Ayuntamiento que permitirá poner en marcha el servicio. No obstante, queda la duda de si los acuerdos con entidades financieras que están detrás de esta modalidad de pago siguen vigentes o el Ayuntamiento tendrá que volver a negociarlos, por más que se trate de cuentas bancarias de titularidad municipal.

Fuentes municipales no pudieron hacer ayer una estimación del tiempo que tardará la nueva Recaudación en ofrecer la posibilidad de pago on line.

Desde la empresa, admitieron que todavía hay unos días de plazo, por contrato, para hacer entrega del software, documentación y otro tipo de materiales al Ayuntamiento, aunque, precisaron, la transición se podría haber hecho de otra forma que hubiera agilizado la transición del modelo privatizado al modelo mixto, en parte remunicipalizado y en otra parte (viñeta, IAE y pendientes de pago), externalizado al ente público de Servicios Tributarios del Principado.

La forma en que se ha hecho la transición fue una de las quejas más repetidas, ayer, por algunas de las empleadas de La Auxiliar. Las que están en ventanilla y tienen que atender al público explicaban que el Ayuntamiento no les facilitó ninguna información con la que poder explicar a los ciudadanos a dónde deberían de ir a partir de ahora o cómo se iban a gestionar las cosas. Sin esos datos, empleadas como Yolanda Zamora, con 12 años trabajando en este servicio, o Mariví Blanco, 18 años, intentaban ayer "solucionarles el problema a los ciudadanos hasta donde podemos, para que no se queden bloqueados en su gestión".

Eso suponía, por ejemplo, indicarles donde está la oficina de Aqualia, darles una referencia del recibo que habían perdido para que lo pudieran ingresar en su banco o explicarles que a partir del 3 tenían que ir al Ayuntamiento.

Pero la queja principal de los trabajadores era la de sus puestos de trabajo. Con la mayoría afectados por un ERE, los empleados lamentaban que el tripartito "tenía la oportunidad de contar con todo este personal y no le dio la gana". "Jamás cuestionamos el modelo de gestión, ahora podrían tener el servicio remunicipalizado y sin pagar a intermediarios", insistía otra trabajadora.

Para los más veteranos había una sensación de déjà vu, al recodar cómo, con el cambio de la empresa, en el año 2008, de Astur Agua-Tribugest a La Auxiliar de Recaudación, nueve de ellos también se quedaron en la calle. José Luis Honrado, que le tocó ser delegado de personal, resumía la situación con un "estamos como con Gabino de Lorenzo". En aquella época el entonces alcalde de Oviedo eliminó la cláusula de subrogación del nuevo contrato y una parte de los trabajadores tuvieron que luchar en los tribunales para recuperar sus puestos de trabajo.

Entonces, los jueces les dieron la razón y pudieron volver. Ahora, ese horizonte parece un poco más lejano. De momento, los trabajadores han ganado algunos pleitos que anulan el concurso-oposición con el que el Ayuntamiento quería organizar un servicio exclusivamente municipal. Ahora recurrirán el convenio con el Principado, a falta de la resolución de otros juicios contra la convocatoria de las plazas. Y ya anuncian que empezarán a abordar otros frentes judiciales en el terreno del derecho laboral, como una reclamación al ente público de Servicios Tributarios del Principado para exigirles una subrogación. Ángel Fernández, uno de los portavoces de los trabajadores, concluía: "iremos hasta el final cueste lo que cueste y pediremos responsabilidades patrimoniales con nombres y apellidos a los políticos y funcionarios que han apoyado esta majadería".