Los Reyes Magos llegarán esta noche pero hasta que no emprendan su viaje para repartir los regalos aún hay tiempo de hacerles llegar peticiones. Así, muchos niños se acercaron ayer al Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA donde Aliatar recogió algunas de las últimas cartas que hará llegar a sus Majestades. Y el Príncipe cumplió con todos la misma liturgia. Primero puso sus deseos en una caja. Después los sentó en su regazo o los acogió entre sus brazos para escucharles. Y luego les recordó que ellos también tienen que cumplir su parte.

"Tenéis que portaros muy bien y estudiar mucho", dijo a María Valdés, Martina Grande y Elena Suárez, que se concentraron a su alrededor. Y luego pasó al siguiente paso de su rutina. "¿Sabéis otra cosa muy importante? Me tenéis que dar un beso". Y las tres niñas lo hicieron de buen gusto antes de recibir un puñado de caramelos.

Aliatar se presentó con dos ayudantes que además de controlar la cola le echaron una mano con los críos. Cuando alguno de los más pequeños lloraba, le cogían en brazos para consolarle. Pero la mayoría pasaron por su regazo encantados. "Le he pedido un disfraz de Darth Vader con máscara, un lobo de Star Wars y un sable láser", explicó Lucas Bokstijn, de 5 años, antes de asegurar que este año había sido muy bueno. Los primos César Ramos, Pablo Ramos, Leo Noreña y Óscar Fernández compitieron con sus túnicas con los ropajes de los emisarios reales. Llegaron a entregar sus cartas disfrazados gracias a la buena mano Cruz Candanedo. "Les tumbé y dibujé su forma, recorté las telas y luego ya fue todo aguja e hilo", comentó su tía para desvelar el proceso de confección de unas prendas que causaron sensación entre los asistentes. Y así, poco a poco, la caja de Aliatar se fue llenando de cartas que se materializarán en la mañana de Reyes. Si los niños han sido buenos.