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Cómo descubrir quién soy yo

Desprenderse de capas ayuda a centrar objetivos l A veces nos empeñamos en cosas que nos impiden ver lo que llega

"El pensador", de Auguste Rodin.

De algún modo, parece que la vida en comunidad requiere aprender una serie de reglas que protejan ese sistema de convivencia que nos viene dado. No voy a cuestionar ahora esas reglas. Sólo quiero llamar la atención sobre el hecho de que la educación que hemos recibido se ha orientado a socializarnos de esa manera.

Crecemos así echándonos sobre la espalda capas de "eso sí" y capas de "eso no".

En función de la educación que hayamos tenido y de nuestras experiencias vitales, habremos logrado conservar de nuestra infancia más o menos confianza en la vida.

Cuando ya hemos dejado de ser niños, puede suceder que sintamos que algo no va bien, "algo no está bien en nosotros", o "eso no". Pues bien, ha llegado el momento de abandonar el hábito de ponernos más capas encima. Es tiempo de restar. Vamos a desprendernos de lo que no es nuestro. Este es el camino del descubrimiento personal, del conocimiento personal, de librarnos de lo que no soy yo.

En este camino, hay que rescatar el impulso infantil por investigar, por hacer descubrimientos pequeños, por jugar. Hay que desarrollar olfato, vista, oído, contacto, gusto ¿Qué nos llega, qué vemos, qué nos llama la atención?. Cómo lo vivo, cómo lo experimento, dónde lo siento, qué siento?.? Podemos convertir la vida en un viaje lleno de descubrimientos, tal como hacíamos cuando éramos niños. Es normal tener un objetivo en este momento, pero, cuando se trata de restar, la actitud más adecuada es la de la apertura a lo que sucede. En ocasiones estamos tan empeñados en lograr no sé qué, que ignoramos lo que nos está llegando. Quizás es una canción, o un poema, quizás es el título de una conferencia, o un suceso que ocurre a una persona próxima? Algo en nuestro entorno nos mueve, nos conmueve. Recibámoslo. Una capa se está desprendiendo. No debemos olvidar que, una de las mayores dificultades que tenemos cuando nos vemos ante el "algo no va bien", es que solemos trazarnos un plan claramente preconcebido sobre lo que necesitamos en cada momento y lo perseguimos ansiosamente. Créanme, en este ámbito nadie sabe cuál es el camino ni la siguiente etapa, solo hay que echarse a andar.

Conectar con lo que está sucediendo en nosotros en cada momento, con las cosas que nos llegan del entorno, con lo que nos moviliza de algún modo, esa es la clave. Como la fuente de la sabiduría es su propia experiencia, huya de las personas que le den consejos (por supuesto, si usted no los ha pedido), de las recetas en 10 pasos, de los salvadores. Usted es el protagonista de su viaje. Ya es un adulto, de modo que no necesita otra capa más. Ligero de equipaje es más fácil caminar y vivir plenamente los descubrimientos. ¿Quién es usted? Todo lo que no es. Ojalá seamos quienes podamos ser en cada momento. Nada más, nadie más.

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