Silencio administrativo positivo. Esa es la figura jurídica que La Hermandad de Defensores de Oviedo esgrimió ayer para anunciar que la aplicación de la Ley de la Memoria Histórica en Oviedo, el cambio de nombres para eliminar el callejero franquista, queda suspendido por la falta de respuesta del Ayuntamiento, pasados ya treinta días, a los recursos administrativos planteados.

La Hermandad de Defensores presentó por registro hace más de un mes una impugnación del acuerdo de Junta de Gobierno, exponiendo que se vulneraba la Ley de Memoria Histórica en varios puntos en el último acuerdo para cambiar el nombre a 21 calles de la ciudad. El silencio administrativo positivo es una consecuencia técnica de la falta de respuesta pero no se hace efectivo si la Hermandad de Defensores no lo solicita ante un juez. No obstante, el gobierno local puede en cualquier momento responder denegando la petición y desactivando así la suspensión que ahora técnicamente tiene el cambio de nombres de las calles.

El Alcalde, Wenceslao López, se refirió ayer a estos recursos pero descartó que tenga "ningún efecto real". López ironizó con la Hermandad de Defensores, "sigue actuando ochenta años después en la defensa de Oviedo", comentó, y explicó que lo sucedido ha sido una "tormenta" de recursos, "perfectamente organizada" que "ha colapsado el servicio de estadística". López insistió en que no hay nada que suspender porque ya se ha ejecutado todo, como el envío de cartas, y las placas todavía no se van a poner. "El acuerdo es válido, así es la ley y la democracia", zanjó.