Un cuerpo aparentemente tan sencillo como la esfera "encierra problemas que aún esperan una respuesta". Así lo dijo ayer en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA Fernando Etayo Gordejuela, catedrático de Geometría y Topología de la Universidad de Cantabria, que abrió el ciclo "Promoción de la Cultura Científica y Tecnológica" organizado por la Facultad de Química de la Universidad de Oviedo.

La decana de la Facultad, Susana Fernández González, presentó al ponente y destacó el amplio currículum del profesor, autor del libro "Hasta el infinito y más allá", galardonado con el premio a la Mejor Monografía en las Áreas de Ciencias Experimentales.

"Muchas propiedades de las esferas dependen de la dimensión, porque el espacio en el que viven tiene una propiedad algebraica", indicó. Etayo hizo hincapié en que algunos problemas matemáticos han tardado siglos en resolverse. "Otros aún siguen abiertos y no sabemos cuando se cerrarán, lo cual demuestra que las matemáticas son una ciencia viva en la que quedan muchas cosas por descubrir".

A lo largo de la charla, titulada "¿Por qué son tan sorprendentes las esferas?", el catedrático, miembro de la Real Academia de Ciencias Exactas, explicó que la circunferencia es, después de la línea recta, "la curva plana más sencilla y se utiliza como modelo matemático en muchas disciplinas". Aunque a priori podría parecer que el comportamiento geométrico de todas las esferas es similar, en la práctica no es así, como se han encargado de estudiar Kepler, Newton o Milnor, entre otros.

Etayo también se refirió a la historia de la reina Dido, que fundó Cartago con la ingeniosa argucia de delimitar una superficie mediante una cuerda formada por las tiras cortadas de una piel de buey, lo que dio origen de a un famoso problema matemático: hallar la forma de la mayor superficie que se puede delimitar con un perímetro de longitud dada.