Un abrazo a cada paso. El camino que le llevó desde la acera del Campoamor hasta las tablas del teatro tuvo tantas paradas como personas se acercaron a saludar al Padre Ángel. Un baile de besos y palmadas en la espalda marcados por la música de la Real Banda de Gaitas Ciudad de Oviedo, que ayer escoltó al fundador y presidente de Mensajeros de la Paz durante su entrada en el salón de actos en el que ayer se proyectó una película sobre su vida y obra, "Un ángel demasiado humano". "Sigo soñando que un mundo mejor es posible", dijo el protagonista, que el próximo sábado cumple 80 años. Aprovechó su turno sobre la palestra para reconocer que había llegado hasta allí con los ojos "humedecidos", emocionado por el cariño de familiares, amigos y admiradores.

En un acto que sirvió, además, para respaldar la candidatura del sacerdote mierense al Nobel de la Paz, Serafín Abilio Martínez, presidente de la Fundación Cruz de los Ángeles -fundada también por el Padre Ángel-, mostró el respaldo de todos los presentes en su camino hacia el premio: "Nuestro apoyo y nuestro empuje va a continuar", dijo. Celia Benito y Elena Alonso, de Lau Producciones, responsable de la creación del documental, se sumaron a los elogios. La película, dijeron, es "una pequeña pincelada de la enorme obra que ha hecho en todo el mundo". "Compartimos con el Padre Ángel un año, somos unos privilegiados", resaltaron al tiempo que le pidieron que mantuviese el espíritu solidario de Mensajeros de la Paz, entidad creada en 1962 y que ha estado siempre del lado de los más desfavorecidos, especialmente de los niños. "Que siga cumpliendo muchos años y muchos sueños", desearon desviando su mirada desde el patio de butacas hacia el sacerdote. También Wenceslao López (PSOE), alcalde de Oviedo, quiso dejar unos cuantos piropos para una "persona reconocida por su gran labor humanitaria en más de 50 países". Y el cariño y afecto que mostraron quienes se acercaron al micrófono tuvo su eco entre quienes acudieron al acto.

"Se merece el Nobel de la Paz, y no lo digo porque sea paisana suya. Hizo mucho y lo sigue haciendo", resaltó la mierense Charo García. "Por eso estamos aquí y venimos tan contentos", aseguró antes de tomar asiento en su butaca en el preludio del acto. Emilio de la Mata, que trabaja para una empresa de alimentación, destacó a las puertas del teatro que "siempre colaboro con él cuando lo solicita". Antes de dar un abrazo a su "amigo personal" alabó la "insistencia y el impacto social que ha tenido en España y el resto del mundo" la obra del Padre Ángel. "Me considero familia de cada uno de vosotros", respondió el sacerdote ante tantas muestras de cariño y respeto. Y quiso también reconocer a todos los que le han acompañado a lo largo de los años y, sobre todo, la razón de ser de la organización solidaria que preside: "Este no es un acto para una persona o una asociación, sino para decir que puede existir un mundo mejor", sentenció.