"Las peatonalizaciones no acabarán con nuestros problemas". Lo dicen los vecinos del Antiguo después de que el alcalde, Wenceslao López (PSOE), planteara anteayer la posibilidad de completar el proceso de peatonalización de las calles del barrio, que se inició en los años 90. El regidor presentó esta propuesta como una de las medidas para acabar con los males que aquejan al casco viejo. Los vecinos prefieren que antes se articulen otras medidas, como la de permitir la construcción de viviendas en los bajos de los edificios para así tratar de acabar con la proliferación de bares, pubs y discotecas y, de esta manera, poner coto al ruido que genera la movida nocturna.

La idea inicial del Alcalde pasa por cerrar al tráfico la calle Fruela, el primer tramo de Rosal, Pozos, Ramón y Cajal, Paraíso y Mendizábal. "Está muy bien recuperar la ciudad para el peatón. Pero que no sea para acabar poniendo terrazas como ya ocurrió con la anterior peatonalización", advierte Ana Isabel Álvarez Balbín, presidenta de la asociación de vecinos del Fontán.

El discurso de Balbín coincide con el de Miguel Clemente, presidente de la asociación de Afectados por la Movida. "Me preocupa el por qué se peatonaliza. Cuando se hizo la primera vez quedaron calles muy anchas de las que el peatón podía disfrutar. Pero luego llegaron las terrazas fijas, las temporales... Calles que tenían cinco metros de ancho acabaron teniendo 1,20 metros. Hay que tener mucho cuidado. Si ocurre esto otra vez, seguiremos en las mismas", señala.

Balbín retoma la palabra y pone sobre la mesa ideas que han planteado los vecinos. "Una buena opción sería permitir construir viviendas en los bajos comerciales", apunta. ¿El objetivo? Pues dar "otra salida" a los propietarios de los locales a la hora de alquilarlos y que no acaben siendo bares de copas. Balbín prosigue apuntando que "uno de los problemas más gordos del barrio es que está despoblado. Hay edificios nuevos que están vacíos". Para ocuparlos entraría en juego otra de las propuestas del Alcalde: dotar al barrio de hoteles. "Suena bien, pero esto obliga a cambiar el PGO", advierte Balbín, abogada de profesión, que concluye: "Las peatonalizaciones no son la solución".Soluciones inmediatas

En la misma línea se muestra Juan García, presidente de la asociación de vecinos del Antiguo. El líder vecinal no ve con malos ojos las peatonalizaciones, pero quiere soluciones inmediatas para los males del barrio. "Sería un plan a medio o largo plazo, y lo que quieren los vecinos son soluciones para los problemas de hoy, más bien para problemas de ayer", dice. García ve "muy complicado" cortar al tráfico las pocas calles del Antiguo que no son peatonales ya que son vías vitales para el tráfico por el centro de la ciudad. Pero reconoce que "no soy técnico, y si no provoca un caos en el tráfico no veo problema. Otra cosa es lo que piensen los comerciantes".

Precisamente, Manuel Almeida tiene un negocio en el Antiguo y es presidente de la asociación vecinal Oviedo Redondo. Y baja al detalle. "Lo de la calle Paraíso me parece buena idea, no hay comercios y sólo unos garajes". ¿Y peatonalizar el resto de las calles? "En principio no está mal, pero hay que hacer un estudio en profundidad del impacto que la peatonalización en los comercios, qué pasaría con las zonas de carga y descarga...". Y Almeida resalta la necesidad de limpiar el Antiguo "ya que es el primer bario que visitan los turistas".