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Cuando Oviedo era una danza

Varias parejas bailan en el paseo del Bombé. lne

En la dramática penuria de la posguerra la diversión de los ovetenses se concentró mayoritariamente en el cine, el deporte (con modalidades como el fútbol, el ciclismo y los bolos), y en los bailes, que siempre estaban abarrotados.

A pesar de la hambruna de aquellos años la juventud disfrutaba de ver una película, ir al fútbol a Buenavista o bailar en las salas que ofrecía la capital y sus alrededores. El filósofo Julián Marías declaró en más de una ocasión, que de su experiencia de ocho décadas, la de los años 40 fue a pesar de todo, en la que observó el mayor disfrute de las pequeñas cosas. De las salas de baile del concejo de Oviedo y de los municipios limítrofes merece la pena hacer una breve antología.

En los años 20 del pasado siglo existían salas mixtas de cabaret y baile popular como el "Dancing Astur" en la calle Independencia y el "Pabellón Bombé" en el paseo de su nombre en el campo de San Francisco, sustituido después por "La Granja", santo y seña de la noche ovetense durante décadas hasta su cierre el uno de abril de 1967.

En enero de 1933 se inauguraba el salón de baile "Alcázar" en Gascona. En aquella época los cines, ocasionalmente, eran espacios utilizados para bailes como el "Popular Cinema" o el "Aramo" y hasta el emblemático café "Peñalba" organizó varios saraos en 1935.

En la posguerra en Oviedo rivalizaban por atraerse a la clientela dos importantes salones de baile: el "Babel" en la calle Cervantes próximo al entronque con la Avenida de Galicia y la "Gran Kassino" ubicada en el barrio de Teatinos. "Babel" era una sala multiusos que igual albergaba combates de boxeo, lucha libre, peleas de gallos -muy de moda en aquel tiempo-, que bailes tradicionales.

Lo que le dio mayor fama fue el desarrollo en sus instalaciones de los concursos de canción asturiana que organizaba el diario "Región". Por su parte la "Gran Kassino" acogió los bailes más emblemáticos de la posguerra. Por allí desfilaron las mejores orquestas regionales del momento. Entre ellas estaban la trubieca "Negresco" , la avilesina "Gong", la allerana "Mary" y la "Sícora Boys" de Grado. Coincidente en el tiempo, en la década de los 40, existía la figura de los bailes-merenderos como el "Park Ovetense" a la salida de la ciudad, más allá de La Gruta; Casa Fermín, en terrenos de la actual Plaza de Castilla, o "Las Delicias" y "Los Monumentos" en el Naranco. Incluso había una bolera-baile llamada "La Ideal" en la calle Foncalada.

A finales de los años 40, en 1948, se inauguró otra sala muy recordada por los ovetenses: "El Palacete" ubicada en la calle Juan Botas, en el Fontán, feudo habitual de las empleadas del servicio doméstico de la capital. También se organizaban bailes en el patio de coches de la Renfe o en el entoldado de la calle Santa Susana, lindante con la iglesia de los Carmelitas. Se trataba de un recinto improvisado para las fiestas, utilizado posteriormente en la plaza de la Catedral y en el entorno del Hotel Reconquista. En las fiestas de San Mateo era habitual que las sociedades ovetenses celebraran en sus salones bailes de sociedad. El Centro Asturiano, el Club de Tenis, el Automóvil Club, la Cruz Roja y la SOF rivalizaban en presentar las mejores atracciones del momento y en ocasiones había que utilizar la sala Gran Kassino por razones de aforo.

Al margen de los bailes existían otros salones en los barrios ovetenses como el de "Casa Pepe" en Pumarín, "El Palais" y el "Edén" en Cerdeño o "El Pitu" en San Esteban de las Cruces. En la periferia de Oviedo el "Colloto Parque" fue uno de los más preferidos por los jóvenes de la capital, así como "El Caserón" en la Manjoya. "El Teyeru" estaba en Las Segadas, "Junigro" en Trubia, "Ortea" en Tudela Veguín, el "Emilio Suárez" en San Claudio y el "Iberia" en Olloniego. Fuera del municipio y por su cercanía eran muy visitados lsalones de Lugones como la "Pista Ideal", "Secades" y "Avenida". En Soto de Ribera estaba "El Baile", que después fue "La Pianola".

Pero el gran baile por antonomasia durante los años 50 y 60 sería el de los "Jardines de la Herradura" que se celebraba por San Mateo y algún año por la Ascensión en el campo de San Francisco. "La Herradura" suponía un capítulo importante en la financiación de las fiestas mateínas pero la inseguridad del clima traía de cabeza a los directivos de la SOF, hasta el punto que un año se pensó en cubrirla. Por "La Herradura" desfilaron grandes orquestas, entre las que recuerdo las italianas de "Mario Marini" y "Renato Carossone", así como artistas nacionales e internacionales. La orquesta titular era "Marimbas Punto Azul", sustituida posteriormente por la "Gran Capitol".

Coincidiendo en el tiempo, a principios de los años 50, surgieron en con gran éxito las salas de baile en pleno centro de la capital, denominadas "bajos", en los teatros Campoamor y Filarmónica. En la década siguiente se incorpora la sala "Ritmo Club" en la calle Caveda. La moda de los guateques, "boites" y "pubs" sería una de las causas de la decadencia de los bailes populares en Oviedo. En los últimos tiempos recordamos la sala "Canary" en Foncalada, "Estilo", en Pumarín o "Moncloa" en la calle Covadonga. Los salones de baile, las boleras y los cines, ya desaparecidos, fueron los grandes locales afectados por el desarrollo de nuestro país, coincidentes con la especulación inmobiliaria al tratarse de amplios espacios situados en lugares urbanos estratégicos.

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