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Entre el marrón y la gracia divina

La sentencia que obliga al tripartito a asumir la plantilla de La Auxiliar alivia los problemas de personal pero abre otros

El alcalde se lo piensa. LUISMA MURIAS

Mediodía. Ayuntamiento de Oviedo. Un correo interno alteraba la tranquilidad con la que buena parte de los concejales del tripartito vivían la recta final de la jornada de ayer. Salta la noticia y, para algunos, la sorpresa. El Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA) había remitido a todas las partes la sentencia que obliga a la "inmediata readmisión" de los 29 trabajadores de La Auxiliar de Recaudación, la empresa privada que hasta el 1 de enero tenía la encomienda de cobrar los tributos y multas del municipio.

De inmediato comenzaron los corrillos en los grupos municipales, a suspenderse actos del día (por ejemplo, el inicio de la caravana presupuestaria para explicar en los barrios las cuentas), conversaciones de urgencia con la planta noble y, ya por la tarde, una larga reunión con los principales miembros del tripartito -con el alcalde, Wenceslao López a la cabeza- y los técnicos y abogados municipales. Tras casi tres horas de reunión del gabinete de crisis, fumata blanca en forma de un escueto comunicado: "El Ayuntamiento estudia recurrir el fallo sobre los extrabajadores de La Auxiliar de Recaudación". Poco más. Toca ganar tiempo y hacer la digestión de una situación que algunos miembros del tripartito consideran un "marrón" y otros "una gracia divina".

En el bando del "marrón" se sitúan aquellos que ven en la sentencia un torpedo en plena línea de flotación de la vertiente política de una de las medidas estrella tomadas por el tripartito y de la que el alcalde, como en el caso del futuro del Asturcón, ha hecho una cuestión personal: la remunicipalización de la gestión tributaria. Lo cierto es que no parece que la remunicipalización tenga marcha atrás. Pero sí que escuece tener que asumir a la plantilla de La Auxiliar. Por un lado, porque desde distintos frentes del tripartito no se han cansado de decir que "nadie entrará a trabajar en el Ayuntamiento por la puerta de atrás" y menos trabajadores a los que se acusó de entrar en La Auxiliar por ser afines al PP y gracias al dedo de Gabino de Lorenzo y sus amigos.

Por eso, ayer a algunos concejales de la izquierda local les parecía "una injusticia" que el fallo pueda suponer que "los 29 de Recaudación" entren en el Ayuntamiento sin cumplir con la máxima grabada a fuego en el frontispicio de la función pública: "Igualdad, mérito y capacidad". Vamos, que entren sin hacer oposiciones. En este punto hay que preguntarse si los sindicatos alzarán la voz y tensarán las cosas con el "patrón" municipal con el que comparten ideario político.

Y todo sin olvidar cuestiones de índole económica y de intendencia. Lo primero es la pasta. El tripartito calcula que asumir la plantilla de La Auxiliar supondrá "un millón largo de euros". Esto obligará a rehacer el presupuesto, que ya acumula un considerable retraso. Aunque queda la opción de aprobar el que hay para, acto seguido, poner en marcha una modificación de las cuentas.

A esto se une un problema de espacio y de funciones. Para empezar, no hay metros suficientes en la nueva Oficina de Recaudación de la calle Cimadevilla para que entren todos. Luego está el problema de la carga de trabajo, buena parte de ella "transferida" durante los próximos cuatro años al Principado. ¿Aceptarán los "nuevos" otro destino que no sea Recaudación? La sentencia es claro: mismo sueldo y funciones. Así que la última palabra la tendrían ellos. Y por último, ¿qué pasará con las oposiciones que se hicieron, que tumbaron los tribunales y cuya anulación recurrió el Ayuntamiento? De momento, silencio administrativo.

Luego están los argumentos de los que creen que la sentencia tiene algo de "gracia divina". Resuelve el conflicto laboral, que no es buena publicidad para un gobierno de izquierdas metido a empresario. También da un poco de oxígeno -sólo una bocanada- a los problemas de personal que denuncia el tripartito siempre que puede, y aportaría experiencia al servicio de Recaudación, que fue montado a las carreras con funcionarios de aquí y de allá.

Entre tanto, la materia gris del tripartito trata de ganar tiempo para diseñar la estrategia para ver cómo convertir un marrón judicial en política divina.

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