"En mi casa, como en tantas otras, nunca me hablaron de la Guerra Civil. Preguntando fui sacando conclusiones y llegué al conocimiento de que los maquis lo fueron porque no les quedó más remedio que desaparecer". El escritor y colaborador de LA NUEVA ESPAÑA Alberto Polledo lo dijo ayer durante la presentación de "Cadaval. La venganza de un guerrillero", su noveno libro y su primera incursión en la novela, como resaltó el exalcalde de Oviedo Antonio Masip.

El único delito de aquellos fugitivos que se echaron al monte fue el de defender la República y la democracia, y "si hubieran sido apresados los hubieran pasado por las armas o habrían sido condenados a cadena perpetua por el dictador", afirmó el autor.

Polledo se inspiró en la historia de aquellos hombres para construir un relato, absolutamente ficticio, salvo por el escenario en el que se desarrolla (la cordillera Cantábrica, tan querida y conocida para el autor), en parte nacido por la curiosidad que siempre sintió el escritor por unas viejas antiparras que se guardaban en su casa, sin que nadie dijese nunca a quién habían pertenecido. Adrián, uno de los protagonistas, que allá por los años cincuenta pasa las vacaciones en un pueblo de la montaña, se divertía con sus amigos buscando viejos proyectiles. Un buen día ve un objeto brillante, unas gafas que enredarán la trama. En realidad, el relato de una época oscura y sangrienta se alegra con las descripciones de una naturaleza que siempre acompaña a los huidos. "Todo ello convierte el libro en pura poesía", reconoció el autor. Polledo también desveló que Cadaval, el nombre del protagonista, hace referencia a un lugar con los piornales propios de las altas brañas, "donde mejor se refugiaban los guerrilleros".

Antonio Masip realizó un completo recorrido por la trayectoria de Polledo, que aparte de regentar la librería Santa Teresa, siempre sintió especial predilección por escribir y leer todo, o casi todo lo que caía en sus manos. "Alberto hace literatura, no historia, pero desde la excelsa mentira, que dicen Vargas Llosa, Vizcincey y otros, salen perfiles históricos auténticos".

"Les animo a leer, sentir y pensar con Alberto. Gracias, querido amigo, por esta obra que resucita un trozo de nuestra historia y nuestra geografía que jamás debió perderse en la crueldad del destiempo", añadió el presentador. Juan Carrio, de Laria Editorial, recalcó que Alberto Polledo no es sólo un librero, montañero impenitente, registrador de paisajes y viajero, "ahora se adentra en el terreno novelesco en el género de aventuras, con la guerrilla que surgió al hilo del gran drama de la Guerra Civil y acierta al entrar en el drama de los personajes embebidos de sus pasiones políticas".

Polledo, que se confiesa seguidor de Delibes, "aquel gran castellano que merecía el Nobel", como lo describió Masip, estuvo ayer rodeado por su familia y amigos. Tampoco faltó el concejal de Cultura del Ayuntamiento de Oviedo, Roberto Sánchez Ramos, "Rivi" (IU).