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JAVIER TAPIA | Escritor, hoy presenta en el RIDEA su novela "El primer peregrino"

"El Camino francés es una senda antiquísima que ya recorrían los celtas"

"He recreado a Alfonso II el Casto como a un buscador de la verdad, muy parecido a un peregrino contemporáneo"

El escritor Javier Tapia Salas, junto a su novela. LNE

Javier Tapia Salas (Barcelona, 1952) ha elegido a Alfonso II y el Camino de Santiago como protagonistas de su primera novela. Pedagogo de carrera y dedicado durante años al "coaching" personal, Tapia está volcado ahora en las que reconoce como sus dos pasiones: la literatura y el Camino de Santiago. Hoy, a las siete de la tarde, presentará en Oviedo "El primer peregrino", en la sede del RIDEA (Real Instituto de Estudios Asturianos).

- ¿Es un relato sobre las peregrinaciones?

-Es la vida novelada de Alfonso II el Casto. La primera frase del libro es: "Majestad, ha llegado un correo". El que la envía es el obispo de Iria Flavia, Teodomiro, notificando al Rey que creen haber encontrado la tumba del Apostol Santiago en el Campo de las Estrellas -eso es lo que significa Compostela-. Alfonso II tiene 54 años en ese momento, y yo voy hacia atrás, cuento su vida novelada, desde niño hasta entonces. La segunda parte es su viaje a Compostela, en 814. Él es el primer peregrino efectivamente. He averiguado que el Camino francés es una senda antiquísima que ya recorrían los celtas y que llegaba a Finisterre. Lo que hizo la Iglesia católica es asimilarla.

- ¿Cómo llegó al personaje?

-Yo llevo 25 años haciendo el Camino -mejor dicho, los caminos de Santiago-. El Primitivo es el que más me ha gustado. Lo hice hace seis años, y fue cuando se me apareció -entiéndase, entre comillas- Alfonso II. Es el más bonito y con menos gente.

- ¿Qué tiene el Camino que tanto engancha?

-La gente se acerca por distintas razones: religión, senderismo, por que está de moda, por espiritualidad... pero a casi todo el mundo le deja poso. Hay compañerismo, lugares muy interesantes, mágicos y con una energía especial. Como Ulises volviendo a Ítaca, tiene más importancia el viaje que el destino. Y en ocho horas diarias caminando y cargando una mochila son inevitables los momentos para la instrospección.

- En su novela, ¿qué impresión deja el Camino en el Rey?

-Él tiene aventuras y encuentros con personajes. Es un buscador de la verdad, no se conforma con la explicación dogmática de la Iglesia y va descubriendo respuestas en el recorrido. En ese sentido, se parece mucho al peregrino contemporáneo. En mi recreación es un personaje moderno, nada autoritario, feminista...

- Aunque su Alfonso II sea una invención, ¿ha investigado el personaje?

-He hecho mucha investigación, de historiadores más y menos clásicos, y entre todos destacaría a Claudio Sánchez Albornoz. Y he hablado mucho con la gente del Camino: eruditas, curas, peregrinos... Y con todo eso he ido construyendo el personaje.

- Literariamente, ¿se le ha sacado partido al Camino?

-Mi libro habla de sus inicios, pero aún da mucho juego. Yo, mientras escribía, pensaba en un posible guión para una película. En la literatura y en el cine da para mucho más de él. Hay un cierto "boom".

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