Alberto Morteraa (Tudela Veguín, 1965) dejó hace más de tres meses su puesto como jefe de gabinete de Delegación de Gobierno y puso fin a 25 años dedicado a la vida política, primero con el PSOE y luego con el PP, con 17 años como concejal en el Ayuntamiento de Oviedo.
- ¿Cuál fue su primer cargo público?
-En octubre de 1991, entré como director general de Juventud con María Antonia Fernández Felgueroso como consejera.
- ¿Qué le ha supuesto ahora dejar atrás la política?
-Es una etapa distinta, un cambio importante y positivo. La ciudadanía piensa que no se debe estar toda la vida en responsabilidades públicas, y yo también, pero ahora que estoy fuera admito que es difícil abandonar la política "motu propio".
- ¿Porque usted es biólogo, no?
-Ejercí muy poco tiempo, sólo de becario, porque con 25 años fui el director general más joven de España.
- ¿Lamenta esta andadura?
-Como "La vida en un hilo", de Edgar Neville, la vida hubiera sido muy distinta, pero no tiene solución. De nada vale lamentarse y recaer en la melancolía. Esto se elige voluntariamente pensando que vas a estar cuatro años y luego estás otros cuatro, y cambian las circunstancias, y cambias tú. No cabe arrepentirse. ¿Que haría uno si volviera a tener 25 años? No cabe la pregunta, aunque sí el deseo de volver a tener esa edad.
- ¿Cómo entró en política?
-Me afilié al PSOE con 16 años. En mi caso, de una familia minera y dado el lugar del que había salido, entrar en el partido socialista era una circunstancia normal. Nos impactó mucho el golpe de Estado y el PSOE era la única alternativa.
- ¿Y cuál es su balance de 25 años en política?
-Que es una actividad como otra cualquiera, y, aunque suene mal decirlo, se convierte imperceptiblemente en un oficio. No es peor alguien que ha estado toda su vida en política ni lo contrario. El problema es otro.
- ¿Cuál?
-La simpleza de identificar a los partidos con el que se ensucia. La corrupción no es de los partidos, es de las personas, y eso es lo que hay que atajar. Conozco personas absolutamente íntegras con trayectorias dilatadas en los dos lados, y he conocido unas cuantos chorizos en todas partes. Y han sido sorpresas muy desagradables.
- ¿Por qué?
-Porque en España, hasta ahora, había tal sensación de impunidad que la gente se jactaba de ello en privado, alardeaban y casi te reprochaban que no participaras. He escuchado cientos de veces, mientras partían la cigala, aquello de 'vamos a seguir con el proyecto solidario con les cuenques'. Pero ahora hay una ola muy positiva que empezó por Andalucía y ya ha llegado a Madrid, Baleares o Cataluña, y que sí parece que la impunidad de los se corrompieron se ha acabado. Espero que llegue a Asturias. Por ahora se están viendo apuntes, pero que nadie se piense que los casos de corrupción en Asturias son un alcalde de Ponga que asfaltó una caleya, uno de Coaña al que dicen que ayudaron a pagar un viaje en autobús a la Coruña o el otro que fragmentó unos contratos para colocar unas losas. Si alguien piensa que esas causas atajan la corrupción yo creo que lo que hacen es todo lo contrario. Todo el mundo sabe en política que existen 'Pujoles' asturianos. No son familia pero la dinámica es la misma: cobro de comisiones en obras, concesiones, infinidad de apaños. Y el dinero se va fuera de España.
- ¿Como en el montepío de la minería?
-Sí, pero que no se caiga tampoco en el cinismo de rasgarse las vestiduras. Hubo un sobrecoste muy grande en el geriátrico de Felechosa, y si la ecuación es esa, los sobrecostes en Asturias dejarían lo del montepío en un tema absolutamente menor.
- ¿A qué se refiere?
-Hablo de cientos de millones de euros, como mínimo. ¿Alguien se cree que es lógico que la variante de Pajares cueste tanto como el canal de Panamá? O lo que ha ocurrido en Asturias con la "Y" de Bimenes.
- ¿Quiénes son esos "pujoles"?
-No lo puedo decir porque el sistema es de tal modo que me imputarían a mí, pero si me lo pregunta la administración de justicia, lo digo claramente. Porque, además, de muchos de esos casos tengo pruebas documentales. He procurado hacer las cosas bien y ser razonablemente bueno, pero nunca he sido un ingenuo, si no, no sobrevives en política.
- ¿Habla de PSOE y PP?
-En ambos partidos, claro. Y en los otros, cuando tengan poder, también habrá alguien que trinque. Desgraciadamente es inevitable. Lo que espero es que se investigue como ya se está empezando a hacer.
- ¿Qué le ha parecido el caso Villa?
-Nadie hubiera pensado que el máximo responsable del Soma estuviera en lo que ahora se apunta. Era una referencia moral. Para mí ha sido una decepción política brutal, la más grande de mi vida.
- Usted se ha visto envuelto en procesos judiciales por su etapa en el Ayuntamiento.
-Eso ha sido lo peor de estos años. Me acusaron de prevaricación por las terrazas del Fontán y fíjese que hoy están igual que como las dejé. Si había un presunto delito, como se dijo en ese momento, también lo hay ahora. Con la diferencia en que han pintado los límites en el suelo. No lo hubo entonces ni ahora. Sólo un pleito que me costó miles de euros como ahora el de Olloniego.
- La parcela B-16, por la devolución de una fianza cuando la parcela había vulnerado las condiciones al ser fragmentada y vendida.
-La acusación es delirante. No conozco a las personas teóricamente beneficiadas y el fiscal me achaca una trama con dos funcionarios a los que prácticamente tampoco conozco. Así de simple. La fianza se devolvió porque así lo indicaban los informes, como en el caso del Kaype.
- ¿Cómo fue su primera etapa en el Ayuntamiento como concejal del PSOE?
-Tremenda. Uno pensaba en irse casi todos los días. Por eso me ha molestado extraordinariamente que Wenceslao López, al que tenía por persona inteligente, me mezcle en el asunto de "Villa Magdalena". En esos años, los concejales de la oposición que denunciamos el asunto fuimos dos, y dejamos de cobrar del Ayuntamiento como represalia al tiempo que mirábamos todos los días con la barra y el espejo debajo del coche. Entiendo que Rosón estaría en pantalón corto en el colegio en aquella época, pero que lo diga el Alcalde es lamentable. Éramos un grupo socialista de seis concejales y fuimos torturados por "Villa Magdalena".
- Luego pasó del PSOE al PP
-Fui crítico con Zapatero y fui expedientado. Me cuelgan lo del transfuguismo, que es otra cosa. Más tarde me llamó Gabino de Lorenzo y me incorporé al PP.
- ¿Qué opina del exalcalde?
-No soy la persona más cercana para hablar de él.
- Pero ha trabajado con él en el Ayuntamiento y en la Delegación.
-Pero no soy de hacer amistades en el trabajo. Le reconozco logros brillantes, como la losa, y luego ha habido cosas como "Villa Magdalena" que fue un error o algo peor. Es inadmisible que eso haya llegado hasta ese punto.
- ¿Por qué se fue con él a Delegación?
-Cometí un error. Me fui porque me lo pidió. Cuando me incorporé al PP, él me había avisado con tiempo que contaría conmigo para las próximas elecciones, y cumplió su palabra. Me pareció meritorio, y por eso cuando me pidió luego que lo acompañara a delegación del Gobierno, lo hice. Aunque ya barruntaba que era un error.
- ¿Por qué?
-Por distintas razones. Yo estaba acostumbrado a otra cosa. Las delegaciones del Gobierno están llamadas a desaparecer. Cesé pero debería haberme ido. Al final, no me importa criticarme, acaba uno como la garrapata que se ha cogido a un perro y le resulta muy difícil bajarse. Al final se resolvió con un cese lo que tenía que haberse resulto con una salida más digna por mi parte.
- ¿Cómo se siente ahora?
-Con un extraordinario alivio. Para empezar, porque ya no hay por qué guardar silencio y por tanto cuando tenga un pleito, que será pronto, le diré a su señoría que si quieren buscar a quien favoreció a los amigos de no sé qué empresario que toquen a otra puerta, porque yo no conozco a esas personas. Sé que es mucho más fácil cazar conejos que tigres, pero que cada cual asuma su responsabilidad.
