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PABLO GONZÁLEZ | Director de orquesta, el 30 de este mes dirigirá simultáneamente la OSPA y Oviedo Filarmonía en el Auditorio

"La gente quedará atrapada con la 'Sinfonía número 2' de Mahler"

"En Londres o Berlín, los mejores músicos dan clase en las mejores escuelas de música: deberíamos tomar nota"

Pablo González, ayer, en Oviedo. MIKI LÓPEZ

Pablo González, (Oviedo, 1975) será el encargado de dirigir el concierto extraordinario que la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias (OSPA), Oviedo Filarmonía (OFIL) y el coro de la Fundación Princesa de Asturias celebrarán el 30 de junio en el Auditorio Príncipe Felipe de Oviedo. Interpretarán la "Sinfonía nº 2 en do menor 'Resurrección"", de Gustav Malher, junto a la soprano María Espada, y la mezzo Iris Vermillion. A pesar de sus compromisos internacionales, Pablo González tiene gran presencia en la vida musical asturiana. Experto en dirigir trabajos de Malher, es consciente del peso transcendental de esta obra, estrenada en 1895, y de la pregunta que se materializa al término del primer movimiento "¿hay vida más allá de la muerte?".

- Su primera vez al frente de las dos orquestas asturianas al mismo tiempo.

-Trabajo muy a menudo con la OSPA, y con Oviedo Filarmonía trabajé por primera vez hace casi veinte años. Siempre he tenido ganas de hacer este proyecto con las dos orquestas. Ya lo han hecho otros años Rossen Milanov o Haider y me hace especial ilusión. Además soy 'malheriano' y dirigir esta segunda de Malher contribuye a que todavía sea más emocionante participar en este proyecto. Cuando hablé con Cosme Marina, buscábamos algo impactante, y desde el primer momento tuvimos claro que hacer un Malher como éste era una muy buena opción.

- ¿Qué es lo que más le atrae de esta segunda sinfonía de Malher?

-Es una obra de gran envergadura. Es sinfónico coral y el propio Malher se sentía aterrado por utilizar el coro en una sinfonía, y aunque tenía muy claro que quería terminarla con un extenso movimiento que incluyese una parte coral, tuvo muchas dudas al respecto. Lo veía un poco como una imitación de la novena de Beethoven, que aún seguía condicionando a los compositores. El proceso de creación de esta sinfonía es muy interesante porque después de largos años dedicado a la composición de la partitura, Malher estaba bloqueado precisamente en la parte del coro, y sólo logró inspirarse cuando acudió al funeral por la muerte del director Hans von Büllow, y fue entonces cuando saltó esa chispa que necesitaba para culminar su sinfonía. La primera vez que Malher la interpretó para Büllow, éste se tapaba los oídos, y cuando terminó le dijo al compositor: "Si esto es música entonces yo no tengo ni idea".

- ¿Qué se encontrará el público en Oviedo?

-La música de Malher es muy sincera, a todos nos va a doler la muerte, nos duele y nos dolerá, y eso es un poco lo que refleja esta sinfonía que estoy convencido que atrapará al público. Es también una obra poderosísima en torno al misterio de la vida, de enormes proporciones, muy impactante para el público por la gran orquestación que exige, y un clímax final que es uno de los momentos más impresionantes de la historia de la música, de una emotividad y maestría casi inigualables. Esta sinfonía hace experimentar al oyente una serie de estados anímicos que son reflejo de la propia existencia humana, desde momentos de gran solemnidad, hasta otros más divertidos.

- Y surge la pregunta de qué hay después de la muerte.

-Aquí Malher refleja plenamente sus anhelos, yo creo que era un hombre que no era creyente, pero él sí quería creer en Dios, en que después de la muerte había algo más, y en definitiva en la transcendencia de la vida humana, pero en el fondo le costaba creer. Además, desde el punto de vista musical, en esta obra vamos a encontrar herencias de la música de Richard Wagner, pero también de Schubert, e incluye también un ländler la danza austriaca y un lied, así que la herencia de la música germánica es bastante evidente.

- ¿Cómo empezó su relación artística con Malher?

-Formaba parte de la Joven Orquesta Nacional de España como flautista, y recuerdo que me parecía un tostón, entonces era yo un chaval, así que esta reacción era de esperar. Después de preparar a fondo la obra y estudiarla desde dentro me entró un arrebato por este compositor, que llegó a ser casi una obsesión.

- ¿Qué imagen musical transmite Asturias?

-Depende con lo que se compare. Se hacen actividades muy interesantes en temas musicales, ahora nos toca cuidarlas y mantenerlas.

- ¿Asignaturas pendientes?

-Las incompatibilidades. No tienen razón de ser. Los políticos deberían tomar nota sobre cómo funciona el sistema educativo en lugares como Londres o Berlín, donde los mejores músicos son los que dan clase en las mejores escuelas de música. Creo sinceramente que esto es un problema grave que requeriría más diálogo y copiar aquellos modelos que realmente funcionan. Después tenemos los mismos retos que en otros sitios, como la ampliación de públicos, y en esto tenemos que seguir trabajando siempre. Debemos trabajar desde la base pedagógica, desde la primera formación de los pequeños músicos. Por poner un ejemplo, es muy triste que no exista una joven orquesta de la comunidad. Si no fomentamos la formación de los jóvenes, estaremos descuidando el futuro de la música en la comunidad.

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